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Jueves, Noviembre 21, 2024

La educación y los vientos de cambio

                                                          

Llévame a la magia del momento

en una noche de gloria

donde los niños del mañana sueñan

con el viento de cambio

Caminando calle abajo

recuerdos distantes

están enterrados para siempre en el pasado

Vientos de cambio / Scorpions.

  1. Al compás del reloj / Bill Haley

Crecí en una familia de maestros. El movimiento magisterial de Othón Salazar podría decirse que me marcó, aunque históricamente me haya pasado por encima. Estaba yo naciendo al mundo cuando Othón y algunos de mis familiares sacudían al país con la gran revuelta magisterial de 57, 58…Mis tías, mi hermano José Abel y amigos maestros de la familia salieron a las calles a seguir al gran líder Othón Salazar. A mí lo que me marcó fue la participación de mi madre. No creo que haya sido destacada, eso no es lo que viene al caso. Para mí fue ejemplar que una maestra y madre de familia haya participado en aquella lucha y se sumara a esas reivindicaciones magisteriales por mejores condiciones laborales y salariales. Mi madre estuvo cesada un tiempo, como muchos maestros y maestras más.

El cese significó, me vine a enterar años más tarde, que el salario familiar mermara considerablemente. Javier y Raúl mis otros hermanos, cuentan que hasta grasa llegaron a dar, algunos días, para ayudar a la subsistencia familiar. Eso lo cuento para entender la dimensión del problema, lo que arrastra una decisión personal y lo que implica luchar y sacrificarse por algo. En lo absoluto me apena esa circunstancia. Al contrario, qué orgullo para mis hermanos haber vivido en carne viva la soberbia gubernamental y la digna resistencia magisterial con mi madre en esa lucha.

Así, cuando uno crece ya trae un bagaje incorporado de fábrica, diríamos, que con el tiempo la tradición oral familiar va descubriendo. Así descubrí que ser maestro es mucho más que ir a dar clase. Ser maestro es estar en el corazón de la transformación social, y esa transformación opera desde dentro de las escuelas y en las calles de la ciudad y del país cuando la autoridad niega, cancela o limita las posibilidades  de una vida digna de los trabajadores o estudiantes.

En la escuela, pues, entre otras cosas, se gesta la conciencia y como reza la consigna del movimiento magisterial de los últimos años: “El maestro luchando también está enseñando”.

  1. Los tiempos están cambiando /Bob Dylan.

Por otra parte, siempre vinculé la educación con la rebelión y la conciencia social. Otra vez, la circunstancia histórica habría de arrollarme, pero nuevamente de marcarme de manera importante.  Cuando se gesta el movimiento del 68, mi única actitud revolucionaria  era escuchar a The Beatles, Dylan, Cream, Rolling Stones, Creedence. En ese año estaba el álbum blanco, de The Beatles, aunque yo recogía los discos de los años previos que iban dejando mis hermanos y el de Help! que  me habían  comprado mis papás un año antes.

El 68 fue tan impactante para mí y para muchos niños y pubertos, como la llegada del hombre a la luna, un año después en 1969, cuando Armstrong sentenció aquella frase de siempre: “Un pequeño paso para un hombre, un gran paso para la humanidad”. El 68 fue un gran paso para una juventud estudiantil que retaba al poder inmenso de un estado autoritario y cerrado. Lo que el 68 consiguió, más allá de las demandas específicas del movimiento, fue una importante apertura y remoción de inercias muy significativas para la construcción del  mundo democrático por el que seguimos luchando, más allá del desenlace trágico del 2 de octubre. El 68 nos enseñó, además, a muchos niños y adolescentes que en ese tiempo (en mi caso tenía 11 años) por obvias razones, no participamos, que si se quiere transformar el mundo hay que empezar por intentarlo y que la juventud debe ser, siempre, la vanguardia de los grandes cambios. Por eso la UNAM, el IPN, Chapingo, las Escuelas Normales y muchas otras universidades del país se convirtieron en  el blanco predilecto de los ataques de una sociedad conservadora y atávica que con una mano soltaba la limosna y se daba golpes de pecho, mientras con la otra golpeaba impunemente a una clase trabajadora, verdadero sustento de su riqueza.

Mis ojos se abrían cada que escuchaba algo respecto a esos jóvenes valientes. Mis primos, mis hermanos, maestros, normalistas y miles de estudiantes se convertían en un ideal a seguir. La verdadera educación, en ese momento, la estaba recibiendo del exterior, más allá de los notables esfuerzos de mi viejo y querido maestro de 6º año, José Alcocer. El mundo se estaba moviendo más rápido que las páginas del Atlas universal, que las  de Cielo Tierra y Mar de Valentín Zamora Orozco y de la raíz cuadrada que teníamos que resolver en el pizarrón verde. Había que mover algo, aunque fuera un poco e imperceptible, en nuestro interior para ajustarse a esos vientos de cambio.

  • Como una piedra que rueda/Bob Dylan

Mi estancia en la Normal Superior de México, entre 1997 y 1981, habría de significar mi modesta participación en los movimientos estudiantiles. Como miembro del Consejo Técnico Consultivo Paritario y representante del comité de lucha del turno matutino, el CERGENS: No me tocó la grandeza del 68 ni del 71, pero tomamos calles, realizamos asambleas, nos vinculamos con las demandas de otros estados, les dimos cabida y refugio en nuestra escuela, tanto así, que gran parte de las marchas en esos años, magisteriales principalmente,  partían del cruce de Fresno y Ribera de San Cosme, justo la esquina de esa escuela promotora de saberes, de líderes,  de conciencias.

En 1989  los  maestros emprendieron una digna e importante lucha cuando, convocados por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la educación (CNTE)  y con la consigna de Democracia sindical y aumento salarial, sacudieron al país y retaron tanto al poder gubernamental como a la férrea burocracia sindical. “¡Escuela por escuela, zona por zona, el maestro exige a diario, democracia y más salario!” Ha sido, quizá, la mayor movilización del magisterio en su historia y gestó inéditas formas de organización, participación y debates internos que enriquecieron la vida democrática de las escuelas del país. Tan es así que la resistencia más tenaz y organizada, que sigue teniendo el gobierno es la fuerza organizada y combativa de la CNTE:

  1. .

Nada por  qué matar o morir,

ni tampoco religión.

Imagina a todo el mundo,

viviendo la vida en paz...

John Lennon

Las grandes movilizaciones de yo soy 132 de 2012 mostraron la capacidad de indignación, propuesta y articulación estudiantil. Grandes manifestaciones y marchas caracterizadas por una mezcla juvenil (y otros no tanto, como el que esto escribe) de diversas procedencias sociales. Recordar que el Yo soy 132 se origina en la Universidad Iberoamericana y se multiplica y resuena en las demás universidades, es pensar que las demandas en ocasiones rebasan la mera condición de clase y se convierten en demandas democráticas (democratización de los medios de comunicación y promover un tercer debate entre los candidatos presidenciales, dos de sus demandas concretas,  por ejemplo); jóvenes que buscan la apertura y que rechazan  un poder vertical, mentiroso, corrupto y anacrónico que no está al ritmo de ellos, verdaderos gestores del movimiento. Nunca se partidizó el movimiento si bien hubo tentación de utilizarlos dada la enorme fuerza que llegaron a tener. En lo particular siento que se vivió una primavera esperanzadora que tarde o temprano retomará su cauce y nos ofrecerá la posibilidad de acompañar a los jóvenes estudiantes hasta que, finalmente, transformemos y encontremos el país que se nos ha negado y por el que hemos luchado.

  1. Noche oscura/ Deep Purple

El ataque perpetrado en Iguala contra los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014, es una síntesis entre la ignominia y la dignidad. Entre la verdad histórica, falsa, de un fiscal criminal y el reclamo férreo, organizado y tenaz de padres y familiares de los normalistas desaparecidos. Ayotzinapa es una página que aún se está escribiendo y de la que muchos debemos asumir la responsabilidad por el esclarecimiento de los hechos, desde la reflexión y estudio del hecho en las aulas, la exigencia en diversos foros y espacios por encontrar a los verdaderos culpables y el acompañamiento de las acciones emprendidas por diversas instancias ajenas al poder oficial corrupto que trata de ocultar y de ocultarse como rata acorralada, y ahora enjuiciada por el mismo pueblo a que se debe, así como  por los medios y voces independientes e incluso por muchas instancias y gobiernos extranjeros.

  1. Vientos de cambio//Scorpions

Durante las fechas posteriores al brutal atentado, las calles del país y en particular de Ciudad de México, se inundaron y desbordaron de gente, de todos tipos, pero con la vanguardia estudiantil, principalmente, harta y llena indignación, reclamo y rabia, que exigía la aparición con vida de los 43 estudiantes: “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”. A la par de esa rabia, no obstante, podía advertirse también una gran esperanza. Esperanza por encontrar la verdad y a los desaparecidos, y esperanza por derribar de una vez y para siempre los muros ignominiosos del poder y las castas que nos gobiernan.

Fue hermoso, dentro de la tragedia misma, ser parte y dar testimonio de la fraternidad de los  estudiantes  y contingentes universitarios con sus hermanos normalistas al  marchar, codo a codo, calle a calle, consigna a consigna y hacer de su demanda la demanda de todos.

Hay mucha rabia y descontento ante la impunidad de muchos gobernantes. En el horizonte hay dos posibilidades, a la vez: una, es  continuar en el  país de la corrupción, el despojo y el crimen, la otra la tenemos aquello que deseamos el cambio que debemos y podemos participar, articulando la imaginación y la fuerza de la juventud con lo que nuestra modesta experiencia pueda aportar al cambio. No más luchas aisladas. En el fondo el cambio al que apuntan unos y otros es el mismo: Un México de libertades, oportunidades, concordia, justicia y equidad. Como diría Bob Dylan, siempre  vigente:  “La respuesta, mi amigo, está en el viento”.

 

Sacapuntas

Roberto Fontanarrosa

El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Usos múltiples

Alfredo Gabriel Páramo
Gabriel Humberto García Ayala
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Mentes Peligrosas

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán

Decisiones

José de Jesús González Almaguer y Norma Olivia Matus Hernández

Deserciones

Alfredo Gabriel Páramo

Mirador del Norte

G. Arturo Limón D
G. Arturo Limón D
G. Arturo Limón D

Tarea

José Luis Mejía
Irene Vallejo
Federico Cendejas Corzo
Guillermo Fadanelli
Roberto Bolaño
Angélica Jiménez Robles
“pálido.deluz”, año 10, número 138, "Número 138. La historieta latinoamericana: ¿Educar a los pueblos o generar contrahegemonía? (Marzo, 2022)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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