“El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable…”
Jaime Sabines
¿Qué es el amor?
¿sueños de niño?
¿arrebatos de juventud?
¿olores impregnados de alcobas?
¿lagrimas, despedidas?...
¡difícil saberlo!
Asoma su primer brote
árbol recién nacido
dulce mirada.
Sabes que es
noche tras noche
-de manera furtiva-
está en tus sueños.
Sucede
¿Cómo? ¿Por qué?
-no importan las respuestas-
las manos se entrelazan
las palabras quedan atrapadas.
Pasan los años y de vez en vez
la lluvia, o el pasto mojado
te dice: - ¿recuerdas? -
las miradas clandestinas
manos húmedas
el primer beso.
Tu corazón libre,
limpio, cristalino.
gota de rocío,
-que se posa justo al amanecer-
besar ese pétalo escondido
se funde y alimenta
el incipiente capullo.
El segundo brote…
¿cuál?
¿cuándo?
Adolescencia, impetuosa, candente
sonrojada
siente y vibra.
Tocas su mano
aliento y corazón se vuelven rápidos
el pensamiento se turba, se pierde…
la espesura de su nombre, su piel…
no existe espacio para más,
el corazón está presto.
Se apresura al reloj
se recrea en sus ojos
ojos enamorados
-uno sabe que están enamorados-
¿por qué?
solo lo sabes
escuchas su latido
sin hablar, hablas
y le dices:
que se pertenecen,
al mundo de los amorosos
donde el tiempo se detiene
y tres son multitud.
La naturaleza llama, su voz es fuerte
¡época maravillosa!
¡edad limitante!
¿por qué esperar al tiempo?
enfría y luego…
luego otros olores, otros ojos…
queda esa cicatriz
esa huella onda
que tampoco se olvida…
El soldado implacable
sigue una marcha sin fin
vienen estaciones, climas
alientos, aromas…
el corazón está a merced
sin barreras, ni red de protección
temerario, salta al vacío
no mide el peligro, deseoso de aventura
y sucede…
convertido en ladrón
no importa romper candados.
Sube la apuesta
así como se roba
existen ladrones al acecho
¿Cuántos amores?...
¿se aprende amar?
atrás en el camino
se ven figuras
algunas claras, otras siluetas,
fantasmas
estas ahí solo
añoranza y melancolía
brindan
recuerdos y nostalgia
de besos puros, con ojos cerrados
vehementes abrazos…
Al final ese frio ciñe
quema la frágil hierba del remordimiento
con firme convicción de haber vivido
intenso, como lluvia de verano
inunda el llano
aviva los ríos
arrasa con ímpetu
lo que está muerto
y da vida.
Relámpago rompe el silencio y la obscuridad
fuerte y fugaz
se dibuja a la distancia
desaparece.
El amor no es matemática, ni lógica
en el amor, uno más uno
puede ser multitud
o uno menos uno,
puede ser tragedia, frustración
añoranza del amor perdido
por la sórdida estupidez
o la intrepidez indebida.
Los enamorados no viven aquí
habitan la fantasía, la irrealidad
la tierra de nadie
ciegos
dormidos.
la cotidianidad
toca fuerte, despierta,
asustados, en la oscuridad no se reconocen
chocan
viene el caos, el desorden,
algunos deciden quedarse
otros se van,
-porque no soportan
la realidad de la luz-.
Regresan a donde – se creyó-
acampaba la felicidad
ya sustituyeron el recuerdo
tarde, se dan cuenta…
consciente
el marchito arrepentimiento.
No hay vuelta,
¡sí era!
se vuelve,
se da cuenta que no.
Cada beso, cada abrazo
de conquista, en conquista…
¡soledad!
abrazas al que abraza.
Cada beso, cada abrazo
la vida, el corazón y los amores
los vaivenes, los humores y caricias.
Las palabras se arrastran trabajosamente
el último momento
estás vivo de verdad.
Puede ser
que un día estés ahí,
en el lecho de muerte
se recuesta en tu pecho, tan sólo
el reflejo del amor, la lealtad
la entrega,
manzana dulce
árbol frondoso,
ramas maduras,
brotes tiernos.
¿Lleno de vida?
¿Celebrando la muerte?
¡Amor!
¡Realidad insondable, solo llegas y solo te vas!
Noviembre 2019