Un regreso climático a las clases presenciales
Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán
Armando Meixueiro Hernández
César Labastida Esqueda tiene una rara colección de fotografías virtuales. Guarda imágenes de huracanes en un archivo de power point. En la larga temporada de huracanes, tormentas tropicales y otros meteoros, que pegan a la República mexicana, de mayo a noviembre, el analiza cuáles pueden tener repercusiones y comparte la imagen que difunde la Comisión Nacional del Agua (CNA), la selecciona y la incorpora en su archivo de huracanes.
La colección ha ido creciendo y tiene bien documentados y jerarquizados los de menor impacto y los grandes huracanes, según el daño social y ambiental que han ocasionado. De estos últimos, tiene a Wilma en el (2005), seguido de Odile (2014), y lo que él llama la tormenta perfecta: Ingrid y Manuel (2015) o la falsa alarma de Patricia (2015) al que esperó atento frente a la televisión, porque se había pronosticado como el más grande de todos los tiempos y se degradó a un nivel 1 cuando tocó suelo en el país.
Cesar está atento ahora al huracán Grace: atravesará la isla de Cozumel, la Península de Yucatán y entrará por el norte de Veracruz, y de ahí hacia el centro de México, según la imagen en pantalla de la CNA y publicada la noche del 18 de agosto del 2021. El profesor César la publicó en su página de Facebook por la mañana del día 19 de agosto.
Pero César Labastida ha aprendido que los meteoros, desde el cambio climático, han perdido su palabra de honor (como casi todos los gobernantes del planeta). Pueden incrementarse o degradarse en horas. Puede pasar con la fuerza de vientos de más de 100 kilómetros en minutos o estacionarse y alojarse en un lugar como lo hizo Wilma, en el Caribe.
César Labastida usa esa colección –como la de sus libros, películas y otras- con fines didácticos. Proyecta las imágenes en clases con sus alumnos, sin que nadie se lo pida o esté en el temario de los cursos. Lo hace porque sabe que es necesario y es muy probable que nadie más lo haga, y que una noticia, como por el ejemplo el huracán Grace, se pierda entre los deportes y las frivolidades de la industria del espectáculo.
De esta forma es que al profesor César Labastida no le han importado, ni la discusiones sobre la carta de autorización que reciclaron del H1N1 para el regreso a clases, ni la polémica sobre la implementación de modelos híbridos o esos cursos de capacitación en emociones que les recetaron a los profesores mexicanos; y sólo se ha enfocado en dar clase con alumnos reales y tangibles. Distraídos, sucios y hasta desordenados.
Ataviado con su cubrebocas KN95, careta protectora de policarbonato y vestuario antibacterial, el profesor Labastida se presentó en la preparatoria donde trabaja, entró al salón habilitado para las nuevas condiciones de sana distancia; allí, alcanzó a ver pocos estudiantes dispersos y protegidos hasta los cabellos como “liquidadores” del desastre de Chernobyl. Frente a las trincheras sanitarias, el docente se presentó y colocó la USB en la computadora, abrió su archivo de Power Point y comenzó a hablar:
—Seguramente saben que, además del virus que ocasionó la pandemia, la especie humana se encuentra amenazada por otros problemas como el cambio climático. El profesor César saca de su portafolios un periódico impreso y lee:
Un estudio realizado por el Departamento de Biología de la Universidad de Bergen (UIB), en Noruega, determinó las regiones donde más se presentan problemas debido al cambio climático, entre estas se encuentra América latina. Más allá de los daños que se puedan presentar a los diferentes ecosistemas de los bosques (que son muchos) también se debe tener en cuenta el impacto macro económico que esto puede traer a los países del área y los problemas de desigualdad y pobreza que el cambio climático ha ocasionado…
César Labastida deja de leer y voltea hacia sus incrédulos alumnos, continúa como si estuviera en un Congreso Mundial y ante presidentes:
—También el Panel Intergubernamental sobre el cambio Climático (IPCC), ha publicado su sexto informe este año, del que les hablaré más adelante, ahora les voy a proyectar algunas evidencias del daño ocasionado por el incremento de intensidad y cantidad de huracanes en las costas mexicanas…
En ese inusual regreso a clases presenciales, el profesor Labastida expone y explica, toda la mañana y salón tras salón, los problemas que el cambio climático está provocando en el planeta; y lo comparte con certeza, como si le fuera la vida en ello.