Un grupo de intelectuales es citado en 1987 por la Televisión Española, donde se expuso la pregunta ¿Cuál fue la época más feliz?¹. Entre los participantes se encontraban Mario Vargas Llosa y Octavio Paz; el primero entre otras cosas, cita a Karl Popper “nunca en la historia las sociedades han vivido mejor que en el progreso de occidente”². Inmediatamente Octavio Paz refuta esta cita, sostiene que Edward Gibbon mencionó que la época más feliz que ha vivido la humanidad es la de los emperadores Antoninos³. Acá el tema es la felicidad.

Por otro lado, llama la atención de manera profunda, como Ernesto Sábato, desdobla en cada palabra de su libro El escritor y sus fantasmas el qué y el cómo de la literatura. Como se antepone el arte a la razón científica. No podemos ser racionales totales, se ha demostrado sus fallas en la guillotina.⁴ Pero como es natural, se ha dicho más desde el arte que desde la razón, pero se actúa más desde la razón que desde el arte.

Este es el mar por donde tenemos que navegar. El ser humano es imperfecto por naturaleza, su pensamiento es complejo y critico, sus sentimientos impulsivos, sus decisiones sorpresivas, su rebeldía implacable; todo es un cúmulo de circunstancias que lo ha llevado a grandes descubrimientos, donde ha perdido la vida en el trayecto, defendiendo su forma de pensar.

Nos queda la experiencia trasmitida por generaciones, por los genes, que no solo trasmiten la biología del cuerpo, sino que recorren las experiencias de nuestros antepasados.

Tenemos que investigar, estudiar, trasmitir las experiencias de nuestros abuelos. Tratar de sistematizar y tejer fino el pasado, empatarlo con el desarrollo tecnológico imparable, sorpresivo, destructivo, maravilloso, virtuoso. Solo así el hombre podrá reponerse a lo que aplasta en el camino. Cada uno de nosotros seguiremos siendo parte importante de la especie sensible y consciente de proteger al resto de la humanidad y su entorno.

30 mayo 2024