Cuando me dice que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro hacerla enseguida

Pablo Picasso

Norman y Ethel Thayer son una pareja de septuagenarios que pasan sus veranos en una cabaña de su propiedad. El lugar se llama Golden Pond (estanque dorado, título original del filme) y se encuentra en el estado de Nueva Inglaterra, en los Estados Unidos de Norteamérica.

La pareja lleva una vida juntos y se aman, cuidan y soportan en la vejez. Su personalidad y carácter son distintos.  Se conocieron en una escuela en la que laboraban de maestros. En el lugar —un lago con gran vida silvestre de aves, peces y flora— es deslumbrante y con atardeceres dorados.  Él se dedica a pescar y leer, ella recoge frutos y hongos en el bosque. También practican juegos de mesa. Recibirán a su hija Chelsea porque Norman cumplirá ochenta años. La hija que llega con su nueva pareja, Bill, y con el hijo de este, Billy. Será un verano fuera de lo normal dado que Chelsea se mantiene alejada de ellos y ahora les pedirá se encarguen de Billy dado que ella y Bill se irán a Europa por un mes. Se trata de la película Los años dorados (Rydell, M. EUA, 1981), que es un clásico del cine dirgido a personas mayores, del que nos interesa destacar el carácter (ese dispositivo con el que enfrentamos la vida los seres humanos) de estos cinco personajes y las relaciones entre ellos.

Norman tiene un carácter duro y lejano. Su esposa e hija lo llaman “viejo gruñón”; ironiza y hace comentarios ácidos con el que tiene en frente y con frecuencia sobre él o ella. Comienza a tener problemas de memoria, salud y de ubicación temporal. Su principal relación es con Ethel, su esposa, que es trabajadora, empática, valiente, comprensiva y tolerante. Se aman, pero no dejan de ser lo que son.  Llevan una larga temporada de buscar un equilibrio que se logra gracias al esfuerzo de ella.

La hija Chelsea, que es una guapa mujer madura, lleva una excelente relación con su madre, pero con su padre apenas puede comunicarse. Al parecer nunca tuvieron buenas relaciones, por cuestiones machistas y de falsas expectativas que se había generado Norman sobre ella; por la que terminará alejándose, fracasando en un matrimonio y regresando posteriormente. 

La relación de Norman con Bill, su nuevo yerno, no puede ser peor. Lo cuestiona sobre su trabajo como dentista y lo que cobra, se burla de algunas cuestiones de la relación con su hija hasta que Bill, ya no soporta más.

Al parecer en este contexto, la relación de Norman y Ethel que tendrán una convivencia forzada con Billy, en el largo verano, será un fracaso. Y ello, debido a que Norman no cambia y Billy es un adolescente típico, desafiante, nervioso, arrogante, orgulloso, intentando ir siempre más allá.

En cambio, lo que pasa con Billy y Norman es todo lo contrario. Entre ellos encontrarán el amigo que andaban buscando sin saberlo. Norman le ensañará a pescar, a usar una canoa, a manejar una lancha con motor fuera de borda, a conocer tipos de peces y el lago en sus diferentes zonas; además de cocinar lo obtenido. Y aún en accidentes y tropiezos serán comprensivos y cordiales. Sobrevivirán juntos: Blly madurando rápido y Norman volviendo a tener un compañero de andanzas. Vivirán un verano que les durará para siempre.

Le lección de esta cinta no puede ser más clara: el ser humano no está destinado a ser lo que es toda la vida y puede transformarse a cualquier edad y en eso las relaciones, el carácter y el afecto pueden ser determinantes.

Los años dorados fue merecedora de los premios Oscares a mejor actor y actriz protagónico. Henry Fonda y Katharine Hepburn, respectivamente, que culminaban así una gran carrera cinematográfica. La película tiene un giro interesante, dado que Jane Fonda es la hija de Henry, en la vida real. También ganó el premio Oscar al guion por mejor adaptación Ernest Thompson, que trabajó sobre una obra de su propia autoría.