El corrido de Pedro sin salud
Mi padre fue obsesivo.
A mí, me dicen tenaz.
Mi hijo fue paranoico.
Mi nieto no encuentra paz.
La gente me lo decía:
¡Estás enfermo de fantasía!
La sociedad no puede estar mal:
Tienes que trabajar mucho más
Mi padre no fue violento,
Yo no fui abusador,
Mi hijo no es golpeador:
Mi nieto heredó el talento
Normalidad
Entró en marzo, justo con los días de vacaciones,
un sol ensordecedor y una noche que se hizo eco.
Nunca tuve tanta tristeza y nunca estuve tan solo,
rodeado de tu ausencia fantasmal
me puse de pie en la oscuridad,
para saberme abandonado,
pero sobrevigilado, preso de mi temor.
Sabía que yo no pertenecía a esa locura
que me abrazaba, que me protegía de mi propio cerebro.
Me sentí lábil, lloroso, sin contacto con la realidad.
Estaba en el camino, sin buscar nada
sin esperar nada, sin pedir nada…
Sin nada qué ofrecer
¿Había sido mi inteligencia la que me engañó?
¿Me perdí a mí mismo, al buscar otros sentidos?
Vi a mi razón empequeñecer, desvanecerse,
puertas abiertas y abandono.
Subí a la terraza y supe que nada me acompañaría:
También el alba se había desentendido de mí.
Las noticias me acusaban, el mundo se descomponía,
yo soy el culpable del mal, de la sequía, de la carencia, del dolor.
Mañana solo puede ser peor.
Sostengo una conversación penosa y vergonzante,
Confieso mis actos secretos y soy condenado
No hay clemencia para quien se escondió como lo hice yo
Basta: No me pidas encontrar la normalidad
que solo conocen quienes la controlan e imponen.
A veces…
A veces, guerra:
NO pasarás, te enfrentaré con miedo, pero sin tregua
no seré inmune, pero seré incansable
por las noches, ante tus tormentos, te enfangaré
te hundiré, te derribaré.
Ante los gritos de horror con que inundas mi cabeza,
cantaré himnos y marchas triunfantes.
Las heridas con que dañas mi cuerpo y mi mente,
alimentarán a mis campeones de batalla,
cuando destroces la salud de mi espíritu,
será mi físico el que me permita caminar hacia el futuro.
A veces, guerra.
A veces, paz.
Frente al dolor que me endilgas,
bendeciré la terquedad con la cual lo supero.
Cuando me humilles y destroces mi autoestima,
sabré expresar los nombres de mi dolor
y esa expresión será estética y liberadora.
En el día en que me doblega tu ira, tu rencor, tu encono,
fraguaré la libertad nocturna de un espíritu inmaterial, y, por ello, indomable.
Al sentir tu falta de amor,
rescataré ese viejo recuerdo donde sonreías.
Por la carencia de tus caricias,
aprenderé la valía de la generosidad.
A veces, paz.
Cuenta
Cuéntame de tu ansiedad,
que, desde mi borrachera,
no alcanzo a conocer.
Platícame de tu ansia de futuro,
porque en este manicomio,
no hay porvenir.
Dime qué desata tus ansias,
cuando te abrumas
mientras yo sueño con nuevos opios.
Dices que la ansiedad te llena de pánico,
pero yo solo sé de ira, de frustración,
de ilusiones que son añicos.
Háblame de tu inquietud:
Soy solo una copa cruel
de rebosante plenitud
… confiesas que sufres,
Eso no lo sé: estoy dormido.
Xxxxxxxxxx
No estoy enfermo,
siempre estoy por ser.
Lo anterior es el ayer,
no soy campo yermo
Lo que yo podré ser,
no está en mi pasado irremediable
sino en el sentido de mi interpretación.
Como en aquella vieja canción,
sé que siempre me será memorable
lo que nadie más quiere ver.
Pero no he sanado por voluntad,
sino en compañía.
Diagnosticaron lo mío como algo personal,
nadie menciona a la sociedad.
No soy solitaria sinfonía
somos canto de grupo coral.
No solté el remo, porque tú no cejabas.
Sonreí, porque tú reíste.
Te seguí, porque caminabas acompañada.
Actué porque ustedes me animaban.
Sané porque todos han sido gregarios.
He abierto mis brazos, porque alguien se acercaba.
Hechizo y eternidad
En el bocinazo de ese automóvil,
Pervive la eternidad.
En mi ciudad, las hojas caídas de los árboles,
Colorean de asfalto mi caminar.
No es que haya luz ahora,
Es que mi oscuridad tomó un descanso.
Ni siquiera esa flor es realidad:
Es un hechizo de maldad
Cuando alguien de nosotros muere,
hay un universo que nos abandona.
Te conviertes en unidad sin verso.
Si quieres vivir, debes inventar.
Una nueva realidad debe ser nombrada:
El conjuro cristaliza hechizo,
que nadie procure sortilegios.
En compañía de la noche única
Nadie sabe que me acompaña la noche única.
Para no ser un solitario, me convertí en ser nocturno.
Para no ser una sombra de la tristeza,
he usado tus miradas ajenas como túnica
Te diré un embrujo que escondo a todos:
con la música detengo el tiempo
y suspendo la tristeza que me has heredado.
Ha sido un viaje de sequías y lodos
y siembro tus caricias en el viento
estoy remiso, deshecho, disminuido, desmemoriado: roto
Tu encuentro es mi gran recompensa,
he seguido tu estela y fondeé en pequeños puertos.
Tengo en mi boca el sabor a sal de tu piel salvaje
mis manos huelen a tu cabello embravecido
espera a que termine el otoño
cuando los árboles estén desnudos
te irás vestida de mis besos
cuando pises las hojas marchitas
volarán mis canciones a tus oídos
Cuando las noches sean claras,
no desearé tu recuerdo diurno y marino
Cuando los días sean oscuros,
navegaré entre tu recuerdo taciturno
y aquellos hermosos siete sueños
Entonces, me entregarás el timón de tu cuerpo
que sabe triunfar
cuando estás vencida.
Persigo y bendigo
Descubro en tu cuerpo disipado
las huellas inmateriales de tu amante.
Sé que persigo
el deseo fantasmal que te abrasa.
Descubro las mentiras que has transpirado
y las amarguras de un cantante
Pero, aun así, bendigo
la insólita noche que nos alcanza.