"Cuando el fútbol dejo de ser un juego y el futbol profesional necesitó una tecnocracia del orden, nació el director técnico en reemplazo del entrenador. (...) Él cree que el fútbol es una ciencia y la cancha un laboratorio, (...) no sólo le exigen la genialidad de Einstein y la sutileza de Freud, sino también la capacidad milagrera de la Virgen de Lourdes y el aguante de Gandhi".
Eduardo Galeano