Se dice que el balón High-Tech, con el que se juegan ahora mismo los partidos del mundial de Qatar, cambiará para siempre el futbol. Seguramente, pero el asunto es mucho más grave y nos invita a pensar más allá del deporte: este balón sembrado de chips electrónicos, que envía un torrente de datos cada vez que alguien lo toca, y cuando va desplazándose por el espacio, no es más que otro de los síntomas de la hegemonía de la máquina sobre la persona.
El árbitro, que antes era la máxima autoridad dentro del campo, hoy trabaja vigilado por un sistema de video (VAR) que, cada vez con más frecuencia, contraviene sus decisiones. A esta rebelión se suma hoy esa pelota inteligente que empezará a dictar sus resoluciones: “he salido del campo”, dirá, por ejemplo, aunque ni el árbitro, ni los jugadores, ni el público lo hayan percibido. Si sólo la máquina ha percibido eso, y no lo ha hecho ninguna de las personas falibles e imperfectas que participan, ¿ha salido, en realidad el balón?
Quizá es que tanta precisión nos viene grande, como sucede con las películas en HD, que nos muestran el mundo con un colorido y un detalle que somos incapaces de percibir sin la ayuda de la tecnología. La realidad en HD ¿es la realidad?
El estándar de perfección que ha establecido la máquina nos ayuda, sin duda, a ser más eficientes, pero también nos va cuadriculando la existencia: Google nos indica qué calle elegir, Spotify nos orienta el gusto musical, el coche Tesla ajusta nuestra conducción, Tinder nos dice con quién salir y un largo etcétera.
La pelota inteligente, al imponer su estándar tecnológico, despoja al juego de la dimensión del error, que hasta hace muy poco era un elemento fundamental del futbol, como lo es de la vida en general, un margen dentro del cual cabía, por ejemplo, el gol que Maradona metió con la mano.
No es mi intención celebrar las chapuzas de los futbolistas, sino señalar la creciente tutela tecnológica y la desconfianza que empieza a producirnos la persona que decide y actúa prescindiendo de la máquina.
Milenio/Ciudad de México / 12.12.2022 00:41:53