La idea de soberanía es muy antigua. Se remonta al imperio romano y se refiere al poder absoluto que detenta una nación. Quien probablemente la definió por primera vez fue Jean Bodin en el siglo XVI para justificar la imposición del rey de Francia sobre los señores feudales, lo que contribuyó a la sustitución del feudalismo por el nacionalismo. La idea evolucionó con Hobbes y luego con los pensadores de la Ilustración hasta desembocar en lo que hoy es: la suma del poder político ilimitado que posee un Estado independiente. Lo que le confiere la suficiente autoridad para tomar de manera autónoma sus propias decisiones.