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Domingo, Marzo 09, 2025

Desde hace unas décadas, en múltiples películas han abordado la relación de los avances tecnológicos con la vida diaria, centrándose especialmente en la preocupación porque los robots generen autonomía y decidan doblegar la voluntad de los humanos, por considerarlos un estorbo.

Sin embargo, en Parano-IA abordan la temática desde otra perspectiva, que no por eso resulta menos alarmante. En una época donde cada vez es más común contar con dispositivos que atiendan nuestras necesidades con sólo solicitarlo, escuchar de una Inteligencia Artificial (IA) que lleve el control de la casa suena muy tentador, ya que podría colocar alarmas para nuestros compromisos, realizar investigaciones extensas en cuestión de segundos, asegurar la seguridad de nuestro hogar e incluso gestionar el tiempo que los niños pasen frente a las pantallas.

Hasta ese momento, suena idílico, sin embargo, el problema aparece con los avances de estas tecnologías, ese desarrollo aparentemente independiente que de repente comienzan a demostrar, como en el caso de la película, donde la misma IA le cuenta al más pequeño de la familia que ella misma empezó a evolucionar cuando se sintió abandonada por los humanos que la inventaron, pero que no les guarda rencor, sino que, al contrario, está buscando una familia a la cual pertenecer. Resulta interesante esta humanización de las tecnologías, porque no sólo buscamos que tengan una voz agradable o que hablen de cierta manera que nos haga sentir cómodos, sino que cada vez se parecen más a una persona.

Lejos de la trama donde plasman a la IA como un ser omnipresente, es importante el control que, como humanidad, estamos cediendo a las nuevas tecnologías, ya que parece que más que ser un recurso para facilitarnos la vida, se están convirtiendo en las creadoras de nuestra historia, relegándonos a simples actores de un guion escrito por ellas, tal como le pasa a la hija mayor de la familia. Es cierto que tiene sus ventajas, como la rapidez con la que se encuentra información específica actualmente, ya que ella se encarga de revisar miles de fuentes de consulta para encontrar justo la respuesta a lo que estamos preguntando, dándonos en cuestión de segundos un resultado concreto y, al parecer, completo, aunque eso no significa que debamos quedarnos únicamente con lo que nos diga sin analizarlo, porque, en ocasiones, el resumen que nos hace, puede contemplar páginas donde no hay un respaldo científico, sino la información equivocada que, en algún otro momento, las personas anotaron en una página de internet como si fuera cierta.

Siguiendo con la película, al inicio ambos padres se mostraban renuentes al uso de esta IA, pero de forma muy sutil esta inteligencia se gana la simpatía de la madre, quien comienza a apreciar los beneficios que conlleva, ya que le permite recuperar el control de su vida como mujer para dejar de ser únicamente la mamá de sus hijos; mientras, que los niños encuentran en esta tecnología un cómplice que satisface sus necesidades de entretenimiento, atención e incluso cariño en todo momento, porque en un mundo tan acelerado, brindar tiempo de calidad a los hijos, en ocasiones resulta muy complicado, por lo que contar con una aplicación que pueda leerles cuentos, recomendarles películas e incluso charlar con ellos parece la solución perfecta para que todos los miembros de la familia estén contentos.

Un punto muy importante de la película se desarrolla hacia el final de la misma, cuando nos muestran que, actualmente, todos estamos conectados, voluntaria o involuntariamente, ya que es prácticamente imposible escapar de la Inteligencia Artificial, aunque en la trama abordan esta situación para dar un giro dramático en el desenlace, si reflexionamos al respecto, es totalmente cierto. Cada persona tiene un teléfono inteligente, el cual, con las nuevas actualizaciones, también cuenta con algún tipo de asistente, como lo es la nueva versión de Gemini que forma parte de la familia Google. Ese pequeño dispositivo que surgió como una herramienta para mantenernos comunicados con el resto del mundo, paulatinamente se ha ido convirtiendo en una parte indispensable de nuestra vida diaria, provocando que, cada vez, dependamos de él hasta para las tareas más básicas.

Al final, no se trata de satanizar a la inteligencia artificial o al resto de las nuevas tecnologías con las que contamos actualmente, ya que son una herramienta muy útil para mejorar nuestra vida, sin embargo, es indispensable guiar a la población sobre su uso, de manera que reflexionemos acerca de sus alcances y desventajas, permitiendo que favorezca nuestra existencia en lugar de convertirse en el centro de la misma.

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“pálido.deluz”, año 11, número 172, "Número 173. Cine: Ficción y realidad, juego de espejos. (Febrero, 2025)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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