Como los terroristas, los que combaten el terrorismo deberían pensar más como productores teatrales y menos como generales de un ejército. Si queremos luchar contra el terrorismo de manera efectiva debemos darnos cuenta de que nada de lo que hacen los terroristas nos derrota. Somos los únicos que podemos derrotarnos a nosotros mismos, si reaccionamos de modo excesivo y erróneo a las provocaciones terroristas.
Yuval Noah Harari
En el último viaje de la jornada, Santiago, un taxista de Madrid, lleva a su pasajera al aeropuerto de Barajas Adolfo Suárez. Ha sido una larga noche para el conductor, que laboró por la ciudad y comienza a amanecer. Se encuentra cansado. Le avisa por teléfono a su esposa que regresará después de ese traslado. Se nota distancia en la pareja. Cuando desciende su clienta y entra al aeropuerto se escuchan dos fuertes detonaciones y una explosión llega hasta el estacionamiento del aeropuerto, dónde está Santiago. Hay mucho desconcierto, heridos y gente queriendo huir; el taxista en vez de arrancar su vehículo, baja a ayudar. Sube a un joven herido y eso transformará su vida para siempre.
La película Todos los nombres de Dios (Calparsoro, D. España, 2023) da cuenta de un hecho ficticio relacionado con el terrorismo. Esa forma de violencia extrema que trata de provocar daño y miedo, la mayoría de las veces usando población civil como objetivos de atentados y actos violentos o usando a las personas como rehenes. Para el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2024) Terrorismo es una actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos.
En el mundo real, en España el 11 marzo del 2004 se perpetraron varios ataques terroristas en trenes próximos a Madrid, con 193 personas fallecidas. También hay que recordar que la ETA (Euskadi Ta Askatasuna, País Vasco y Libertad» en euskera), en sus décadas de existencia (1958-2018) utilizaron dispositivos terrorista (asesinatos, secuestros extorsiones, etc.) para lograr sus fines políticos. Lo que queremos destacar es que en España el terrorismo es algo muy presente, lo que da esta película un profundo significado.
Llama la atención que se replantee el sentido del terrorismo en España, al mismo tiempo en que la OTAN, encabezada por Estados Unidos, ha sostenido la guerra en Ucrania desde febrero del 2022, especulando sobre los invasores y terroristas rusos; y también, en el momento en que Israel, apoyado por Estados Unidos y Reino Unido, justifiquen el genocidio en Palestina desde octubre de 2023, por la supuesta agresión del grupo terrorista Hamas. Para el caso, y para complementar con una mirada un tanto distinta, el análisis que aquí hacemos sobre el terrorismo en la cinta española de Calparsoro, recomendamos Maixabel de Iciar Bollaín (España, 2021) y el documental 11M de José Gomez (Reino Unido/España, 2022).
Lo que vemos en la cinta de ficción es un supuesto ataque yihadista que al fallar y no detonar todas las bombas, intentará concluirlo por otros medios y cómo Santiago se va ir colocando en el lugar en dónde nadie desearía estar, cuando ocurre un ataque terrorista: en el centro mismo de la acción con un chaleco de bombas, con tres candados que impiden quitarlo, sin poder parar de andar porque estallaría en segundos y con los medios de comunicación trasmitiendo al mundo entero; caminando y rodeado de un fuerte equipo militar por la Gran Vía. Santiago representa desde su primer contacto con los terroristas al hombre común, ajeno a los reclamos de esta banda organizada y que, sin embargo, usan como rehén.
El thriller Todos los nombres de Dios es notable por cómo las diferentes historias subordinadas a la que guía la película se van armando y constituyendo. Presenciamos así duelos no resueltos, familias afectadas por el fanatismo religioso, toma de decisiones militares, miedo de los propios terroristas, inteligencia militar estratégica, red de implicados en los acontecimientos y hasta usos de la inteligencia artificial visual para engañar a las audiencias.