Usualmente vinculamos el movimiento zapatista con una lucha armada dirigida por personas tras pasamontañas, sin embargo, la evolución que ha tenido a través de los años resulta interesante, principalmente por su postura frente a la educación de sus infantes.
Tras navegar en la página de internet del Sistema Educativo Rebelde Autónomo Zapatista de Liberación Nacional – Zona de los Altos de Chiapas (SERAZLN-ZACH) donde plasman sus ideales e historia, pude apreciar que sus escuelas primarias y la única secundaria con la que cuentan, se mantienen de forma autónoma a las indicaciones del Estado mexicano.
Gracias al artículo de Obando (2014), pude conocer las características de su propuesta educativa, la cual resulta similar a los planteamientos de la actual escuela mexicana. Los zapatistas marcan la necesidad de una educación adecuada a las condiciones de sus comunidades, sin responder a las demandas o estándares internacionales, por lo que las clases se adaptan a la vida comunitaria, a los momentos del campo, permitiendo la interacción con la tierra.
Se reconoce la importancia del castellano, pero sin olvidar la lengua originaria, promoviendo incluso cursos para aprender tsotsil, por una módica recuperación económica, otorgando a cambio no sólo las clases sino también hospedaje y comida.
En esta propuesta educativa se considera el aprendizaje de la lengua como medio para la expresión oral y escrita, pero reconociéndola como la herramienta para plasmar su historia, para comunicarse con los demás y compartir sus saberes; además incluyen el desarrollo del pensamiento matemático, vinculado con el desarrollo autosostenible de la comunidad. Aparte de estas áreas del saber, se retoma la historia y el conocimiento de la tierra, ya que parten de un respeto y amor hacia la naturaleza, buscando su aprovechamiento, pero también su conservación.
Estas ideas centradas en las necesidades propias de la comunidad se vinculan con la nueva propuesta educativa nacional, en la cual se reconoce la diversidad cultural presente en México, así como las múltiples realidades de las comunidades a lo largo del país, por lo que es necesario que el currículo se adapte a las condiciones de cada grupo. También en la escuela zapatista se pueden reconocer los ideales de solidaridad y de apoyo mutuo, porque se parte de un ideal colectivo, donde las mejoras son para todos y donde todos pueden aprender unos de otros.
En las reflexiones de Obando (2014) menciona que la escuela zapatista podría considerarse una pedagogía crítica, por su búsqueda de la autonomía, la contextualización de sus aprendizajes y representar una pedagogía alternativa ante la prevaleciente en ese momento, cuando estábamos en el auge del trabajo por competencias.
Me parece que los aportes del movimiento zapatista en el aspecto educativo son buenos y sirven como muestra de que la propuesta actual de educación puede ser una realidad; además permite apreciar que la educación colonialista no es la única opción, principalmente para los países de Latinoamérica, cuya historia y condición actual es diferente a la realidad europea que se vierte en sus propuestas educativas centradas en el individualismo y la competitividad.
Considero que conocer los resultados de este tipo de propuestas puede mostrarnos una realidad diferente, donde el propósito educativo se cambie de la formación de un ciudadano competente capaz de vencer los obstáculos necesarios para demostrar que es el mejor elemento, para transitar a la formación de ciudadanos empáticos capaces de colaborar con el otro en la construcción de un mundo común.
Referencias
Obando Arias, M. (2014), La Pedagogía de los Caracoles: Chiapas y el Sistema Educativo Rebelde Zapatista de Liberación Nacional. Revista Ensayos Pedagógicos, VIII(2), 67 – 89.
Sistema Educativo Rebelde Autónomo Zapatista de Liberación Nacional – Zona de los Altos de Chiapas (SERAZLN-ZACH) Recuperado de http://www.serazln-altos.org/