La pena es un sentimiento de tristeza por una situación adversa, un problema o un cambio interno o externo que rompe la cotidianidad o agrava una situación ya establecida.

En esta ocasión compartimos tres formas de penar en obras cinematográficas recientes.

I

En Almas en pena (The Banshees of Inisherin, McDonagh,M.  Reino Unido, 2022) en una isla pequeña de Reino Unido- en el oeste de Irlanda-, viven dos amigos, Pádraic y Colm; uno dedicado al cuidado de animales y el otro a tocar el violín. Llevan una vida tranquila, como la mayoría de los pobladores en esa ínsula. Los dos son personas adultas. El violinista Colm es mayor de edad que Pádraic. Colm sueña con realizar una obra musical imperecedera.

Los hechos relatados suceden cuando uno de ellos, Colm, no acude al Pub (o cantina local) a la hora que siempre se ve con Pádraic, en la cotidiana cita para conversar. El cuidador de animales, entonces, buscará al violinista y en algún breve encuentro Colm le confesará que ya no lo quiere ver, cancelando la amistad y explicándole que de insistir, tomará medidas extremas en su propio cuerpo. Pádrac intentará rehacer la amistad en forma desesperada.

 Esta simple anécdota tiene varias aristas susceptibles de ser analizadas en cuanto a las frágiles relaciones humanas: ¿dos personas que se estiman tienen que seguir haciéndolo toda la vida?; ¿el cambio que tenemos a lo largo de la existencia determina nuestras relaciones con los demás?; ¿la ruptura debe ser unilateral o negociada?; ¿Seremos capaces de perdonar los alejamientos de las personas a las que estamos ligadas en la vida? ¿Reaccionaremos en forma contraria, al sentirnos despreciados o no correspondidos?

La vida de estos dos personajes nos tocará, en su necedad, soledad y decisiones que no dejarán de sorprendernos.

II

En Un vecino gruñón o El peor vecino del mundo (A Man Called Otto, Forster M. Estados Unidos de Norteamérica, 2022) vemos a Otto un septuagenario, cumplir y hacer cumplir las reglas del vecindario en el que vive, solitario. Acomodar la basura mal distribuida en botes; recoger la publicidad y periódicos tirados en el suelo; evitar que los autos se estacionen en forma incorrecta, recoger la nieve de las entradas.

Otto se acaba de jubilar y en la trama nos vamos a enterar de por qué vive permanentemente malhumorado, es antisocial y tiene ganas de morir. Sus penas y soledad tienen que ver con acontecimientos de su vida -contados en flashback- que explican el estado de ánimo y frustración.

Con vecinos recién llegados de origen latino, las amistades que reconoce en el proceso final de su vida o de las que se había alejado y con las que convivió por largo tiempo, consolidarán una comunidad que defenderá su territorio ante la embestida de fraccionadores voraces y sin escrúpulos de suelo y construcciones, dándole un nuevo significado a la vida de Otto.

Estas dos partes, la historia de la vida de Otto y su pareja; y la defensa comunitaria de su territorio, hacen que valga la pena este film, que es el remake de la película multipremiada Un hombre llamado Ove (Suecia, Holm, 2015). Y por supuesto, varias actuaciones memorables, incluida la de Tom Hank.

III

Tár (Field, T. Estados Unidos de Norteamérica, 2022) es una de las películas más importantes de la cinematografía planetaria producida el año pasado. Es una clase (o muchas) de arte, particularmente de música. Es actual y crítica. Es una gran aproximación a lo visible y lo invisible de la interpretación de la música clásica. Es un retrato profundamente humano de la creación. Es una lección de actuación de Cate Blanchett.

Lydia Tár es la directora de la Orquesta Filarmónica de Berlín, pero no sólo su trabajo consiste en seleccionar y mantener grandes músicos, realizar ensayos, dirigir grandes obras musicales; también debe tener presencia en medios, desarrollar relaciones públicas, realizar Máster Class ante alumnos impertinentes, escribir libros, comer con los miembros que administran el recinto o escuchar a los miembros del patronato de la orquesta en sus decisiones y viajar por el mundo entero.

Y no sólo eso, Tár tiene vida privada: esta casada con una integrante de la orquesta que dirige, vive en un lindo departamento con vecinos no tan hermosos, tiene una hija, Petra, que sufre abuso por sus compañeras, y trata de vivir normalmente.

Pronto esta vida occidental paradisiaca desaparecerá ante las medias verdades, la envida, las redes sociales, la caída profesional y el descredito social, iniciando su penar del cual saldrá bien librada gracias a su vocación musical.