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Jueves, Noviembre 21, 2024

Cuando expreso de alguna forma mis temores, se abre en mi interior un espacio que puedo llenar de paz”

                                                                                                                             

Al hablar de un mundo caótico, no solo pensamos en la devastación ecológica de nuestro planeta como consecuencia del abuso constante e irracional que de él hemos hecho. También, evocamos un mundo lleno de violencia física, verbal y emocional. Basta con encender la televisión o buscar información en internet, para darnos cuenta de que vivimos en un mundo complicado en el que las reglas de convivencia han sido transgredidas.

La violencia no es algo nuevo, ésta se ha manifestado desde los inicios de la humanidad. Al principio, sólo se ejercía para poder satisfacer las necesidades básicas de sustento. Poco después, aparecieron otro tipo de intereses (la propiedad) y necesidades que modificaron la convivencia. Guerras encarnecidas que no eran más que la lucha por el poder movieron a las sociedades feudales. Al darse el desarrollo industrial, el poder económico y monopólico era por lo que había que luchar. Con estas guerras religiosas y económicas las sociedades se fueron modificando, adaptándose a nuevas circunstancias. En la vida social se fueron ahondando las diferencias entre la humanidad por la orientación sexual, entre ricos y pobres, grupos étnicos, feligreses y religiones, aficionados deportivos y adversarios, corrientes artísticas, modelos de gobierno y por muchas otras ideas. Diferencias en las que la violencia se manifiesta como en el bullying, el racismo, la discriminación, el odio, los estereotipos sociales, los prejuicios y diferentes formas de abuso. Violencia que se manifiesta en una riña con un vecino porque estacionó su auto en un lugar indebido o porque escucha la música demasiado fuerte; con mi compañero, porque no me prestó un lápiz o es más popular. Pero ¿qué sucede con la violencia que ocurre dentro de casa, la que se encierra en cuatro paredes? La violencia intrafamiliar, esa de la que hablamos con discreción y no aceptamos, esa que a últimas fechas se ha agravado debido al confinamiento ocasionado por la pandemia de COVID[i].

Dados los antecedentes anteriores consideramos que es necesario y urgente intervenir como sociedad para frenar la cascada de violencia que amenaza con destruir no solo al individuo sino a la colectividad.

Hemos apuntado en artículos anteriores que las estrategias de la Animación SocioCultural de la Lengua (ASCL) permiten expresar las emociones, pero, sobre todo, transformarlas, por ejemplo: en una pintura, una obra de arte, un escrito y otras opciones. Al trabajar con la ASCL, estamos contribuyendo a que el individuo pueda revelar emociones negativas y canalizarlas hacia algo positivo sirviendo de ejemplo a los demás y sublimando (como señala el psicoanálisis) en cada ser su emotividad.

La cultura para la paz debería ser una materia del currículo de la Educación Básica, no únicamente como una cascada de conceptos sin sentido, sino como algo práctico, que en conjunto con la ASCL permitiera al alumno encontrarse consigo mismo y desarrollar habilidades sociales como el trabajo colaborativo para integrarse a un grupo y sentir la otredad (ponernos en el zapato de los otros) y la fraternidad entre hombres y mujeres[ii].

“La Organización de las Naciones Unidas señala que la cultura de paz está basada en el respeto de los derechos humanos, lo cual implica una serie de actitudes y comportamientos que rechazan la violencia” (La educación para la paz, SEP. 2022).

Todos entendemos la paz de distintas maneras, pero coincidimos en pensar en un ambiente libre de violencia donde se dé una convivencia armónica.

La cultura para la paz no solo tiene que ver con evitar el conflicto, sino primordialmente con la difusión y vivencia de valores como: justicia, libertad, cooperación, autonomía, diálogo.

En nuestra vida cotidiana, el conflicto se presentará, aunque, la mayoría de las veces, sea ajeno a nosotros. Tal vez no lo podamos evitar, pero lo que si podemos aprender es cómo resolverlo, al defender siempre la verdad y la dignidad humana.

En el aula podemos ejercitar juntos con los y las estudiantes nuestra tolerancia ante la diversidad: reconocer que cada persona tiene diferentes colores favoritos, que tiene preferencia por cierto tipo de clima, que tenemos gustos diferentes al escoger la comida que más disfrutamos, que nos gustan diferentes deportes, diferentes estilos de música, cantantes, bailes, pintores, culturas, idiomas, ciudades, paisajes. Pruebe el ejercicio: Sin ninguna información previa, pida al grupo que ponga por escrito las respuestas a esas preguntas (y todas las que se le ocurran). Al terminar de escribirlas, explique usted que los seres humanos somos diferentes y que en esa diversidad radica nuestra fortaleza: al ser diversos, nos hacemos complementarios. Sensibilice al grupo ante la diversidad, pregunte si les parece valiosa, profundice en los porqués de las respuestas afirmativas o negativas. Después, pida que se lean las respuestas, destaque las amistades que existen a pesar de las diferencias de opiniones y subraye la posibilidad de vivir armónicamente a pesar de contar con diferentes preferencias, destaque el aprendizaje que el grupo ha obtenido al saber más de las otras personas y si eso le hace crecer o comprenderse mejor.

La ONU ha señalado el 16 de mayo como el Día Internacional de la Convivencia en Paz. Convoque a un festival por la paz ideado, realizado, actuado, cantado, escrito y conducido por el alumnado. Si es posible, permita la autogestión y solo modere lo que parezca excesivo o fuera de la idea original. Permita que piensen en las personas que serán invitadas, conduzca a que pidan autorización si es necesario, que redacten las invitaciones, contacten a los invitados, pida que elaboren un programa del Festival, busque que lo promuevan con carteles (si es posible empleen medios digitales), logre que elaboren una memoria escrita, fotográfica o videográfica, genere un Libro de Visitantes Distinguidos de su escuela (y ponga una foto impresa junto al mensaje de cada personalidad). Haga crecer la cultura de paz de la mejor manera posible: con una cultura viva generada por las personas.

 

También es posible desarrollar acciones de Animación SocioCultural de la escuela para personas de tercera edad. Si encuentra que es recomendable aproveche el calendario escolar y cerca de alguna festividad promueva la cercanía de estudiantes con personas mayores que visiten el aula y puedan tener actividades nuevas: que esas personas enseñen a los estudiantes los bailes y la música propia de su juventud, que muestren imágenes de sus ídolos del cine y sus peinados y vestimentas, que muestren equipos reproductores de discos, de cassettes con los que escuchaban música o veían películas, alguna cámara vieja de fotografías impresas. Puede invitarse a que algunos practiquen o enseñen algunos juegos: ajedrez, damas inglesas, damas chinas, palitos chinos, timbiriche, el “chismógrafo” que usaban en su escuela, dominó, el juego de cartas llamado uno, rompecabezas (incluso tridimensionales), la “carreterita” que pintaban en el piso, avión, bote pateado… en fin, todos lo que deseen compartir

Algunas sugerencias de cómo abordar la cultura para la paz, con una secuencia didáctica para el aula son las siguientes:

Realizar lecturas relacionadas con la violencia o con el control de las emociones, por ejemplo:

El Pájaro del alma (Snunit, 1993).

  • Durante la lectura de forma grupal interrogar al texto.[iii]
  • Contestar las preguntas elaboradas en la interrogación.
  • Elaborar una cajonera como la del pájaro del alma con mínimo 5 emociones (amor, enojo, alegría, tristeza, miedo).
  • Escribir y guardar en cada cajón una situación que le provoque esa emoción.
  • Compartir lo escrito (de manera voluntaria).
  • Seleccionar de lo compartido situaciones en la que se manifieste la violencia.
  • Elaborar un periódico mural con las situaciones seleccionadas, anotando posibles soluciones para resolver el conflicto y evitar la violencia.
  • Compartir el períodico con la comunidad escolar y permitir que puedan colaborar anotando otras situaciones o sugiriendo como resolver las expuestas.
  • Reflexionar sobre la importancia de escuchar al pájaro del alma y la paz que le puede proporcionar hacerlo, para así resolver de manera mas consciente las situaciones conflictivas que se le presenten.

Las fotos de Caro (2013).

  • Observar las imágenes del libro.
  • Narrar lo que observa en las fotos.
  • Leer el texto.
  • Comentar si lo que imaginaba coincide con el texto escrito por la autora.
  • Jugar a posar en fotos, y que un compañero sea el fotógrafo. Hacer cambio de roles.
  • Dibujar la foto de la pose que mas le haya gustado o alguna que le traiga gratos recuerdos.
  • Recordar alguna foto que alguna vez le hayan tomado y no le haya agradado.
  • Escribir cuál fué la situación y por qué no le gustó. Anotar también cómo habría cambiado la situación.
  • Recopilar fotos y elaborar un álbum fotográfico de momentos felices (puede ser digital o impreso).
  • Compartir su experiencia acerca de lo dibujado, lo escrito o sobre el álbum fotográfico.

 

Referencias:

Guczka, C. Las fotos de Caro (2013). Editorial Junco.

https://www.facebook.com/photo/?fbid=234096871631801&set=pcb.234097301631758

La educación para la paz, una forma de aprender a convivir - Nueva Escuela Mexicana (sep.gob.mx)

https://nuevaescuelamexicana.sep.gob.mx/detalle-ficha/6901/

Snunit, M. El pájaro del alma (1993). FCE.

https://tuvntana.files.wordpress.com/2017/06/cuento-el-pc3a1jaro-del-alma-1.pdf

 

 José de Jesús González Almaguer   

 Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Docente de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y del Colegio de Imagen Pública. Ha realizado intervenciones como consultor y brindado capacitación tanto en el sector privado como público y el tercer sector. Su trabajo profesional le ha llevado a recibir distinciones internacionales. Ha participado en once libros especializados en español y uno en inglés. Lic. En Periodismo y Comunicación Colectiva, Maestría en Educación, estudios de Maestría en Comunicación Institucional, Especialista en Valores, estudios

Mtra. Norma Olivia Matus Hernández            

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Se ha desempeñado como docente frente a grupo de primaria por veintiún años y cinco años como mediadora voluntaria del programa "Salas de lectura" de la Secretaria de Cultura. Maestra en Educación Básica (UPN). Diplomada en Mediación lectora (UAM). Diploma de Narradora oral. Lic. En Administración (UAM). Profesora de Educación Primaria (ENM).

 

[i] https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2021/08/19/violencia-intrafamiliar-y-suicidios-de-ninos-registran-records-en-mexico-durante-pandemia/

[ii] Si el ser humano fuera capaz de desarrollar la fraternidad con los demás, no sería necesario puntualizar conceptos como la “sororidad” que se refiere a la “Solidaridad, hermanamiento, complicidad o alianza entre mujeres. Un término que inspira al movimiento feminista y que, dicen, es clave para crear redes de mujeres que caminen juntas hacia la igualdad”.

De Grado, Laura (2019) en https://efeminista.com/sororidad-mujeres/

[iii] “Si leer es interrogar un texto en función de un contexto, de un propósito, de un proyecto para dar respuesta a una necesidad, entonces leer corresponde a una interacción activa, curiosa, ávida, directa, entre un lector y un texto”,

Jolibert, Josette (Coordinador). Interrogar y producir textos auténticos; vivencias en el aula (1985). J.C. Sáez editor. Capítulo II Impulsar la lectura y producción de distintos tipos de textos en situaciones reales de uso (pág. 61-86)

 

Sacapuntas

Cristina Rivera Garza
Hugo Aboites

El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

La Clase

León Bendesky

Mentes Peligrosas

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán, Armando Meixueiro Hernandez y Oswaldo Escobar Uribe

Deserciones

Mirador del Norte

Sala de maestros

Arturo Balderas Rodríguez
José de Jesús González Almaguer y Norma Olivia Matus Hernández

Maestros en la Historia

Hallier Arnulfo Morales Dueñas

Tarea

Antonio Di Benedetto
Carlos Brito Benavides
Melody A. Guillén
“pálido.deluz”, año 10, número 143, "Número 143. Educar para la vida o educar para la muerte. (Agosto, 2022)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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