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Jueves, Noviembre 07, 2024

 

La educación mexicana pinta para ser una catástrofe anunciada.

La transformación que el gobierno de la República lleva a cabo en ese ámbito desafía la imaginación. 

Es en muchos sentidos el mundo al revés. Las nociones de calidad y evaluación han sido separadas de ese mundo.  

Ahí, en la escuela, donde lo fundamental es aprender y enseñar, no importan ahora ni la efectividad de lo que se enseña, ni la calidad de lo que se aprende. Las pruebas, los exámenes y hasta la asistencia a clases han sido puestas en un segundo plano. 

La idea de aprobar o reprobar no es bienvenida en ese mundo que se pretende igualitario. Porque introduce un criterio de comparación entre desiguales (pobres y no, etcétera).    

La comparación con los rendimientos de otros países ha sido también borrada del mapa, lo mismo que la evaluación de los maestros.

Incluso es ajena o secundaria la idea de que el maestro enseña y los estudiantes aprenden. En la nueva escuela mexicana “todos aprenden de todos”, no para entender el mundo en que viven, y funcionar en él, sino para transformarlo, de acuerdo con las necesidades y aspiraciones transformadoras de la comunidad.

“Comunidad”, según la SEP, “es el espacio social, cultural, político, productivo y simbólico en el que se inscribe la escuela, es el núcleo de las relaciones pedagógicas, de la enseñanza y el aprendizaje”.

La nación y los valores universales del conocimiento deben dejar su espacio a algo que se parece mucho a la exaltación del pueblo, del barrio, del pequeño entorno urbano o rural de la escuela, y a la experiencia y a la visión microscópica de quienes viven ahí, como si la escuela no hubiera sido siempre lo contrario: una ventana al mundo de saberes y valores universales que potencian y mejoran a la comunidad.

Para mejor servir al ideal comunitario/ igualitario de la nueva escuela, hay que echar fuera del salón de clases las nociones de individualismo, aprendizaje, rendimiento y aspiraciones. 

Lo que reproduce los valores competitivos y egoístas del mundo establecido, debe ser sustituido por las nociones de igualdad comunitaria que gobierna la cabeza de los nuevos pedagogos.

Imperdibles lecturas al respecto: Gilberto Guevara Niebla: “Comunidad vs Nación”:

Y “¿Cuál comunidad?”

 

Sacapuntas

Cristina Rivera Garza
Hugo Aboites

El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

La Clase

León Bendesky

Mentes Peligrosas

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán, Armando Meixueiro Hernandez y Oswaldo Escobar Uribe

Deserciones

Mirador del Norte

Sala de maestros

Arturo Balderas Rodríguez
José de Jesús González Almaguer y Norma Olivia Matus Hernández

Maestros en la Historia

Hallier Arnulfo Morales Dueñas

Tarea

Antonio Di Benedetto
Carlos Brito Benavides
Melody A. Guillén
“pálido.deluz”, año 10, número 143, "Número 143. Educar para la vida o educar para la muerte. (Agosto, 2022)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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