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Jueves, Noviembre 07, 2024

Le Point

Es un tsumani en el mundo de las letras. ¿De dónde provienen esos manuscritos que han reaparecido? ¿Por qué surgieron? Los protagonistas testifican

Traducción y nota: Gabriel Humberto García Ayala

 

Nota. En fecha reciente, un diario de circulación nacional publicó un fragmento de Guerra, la novela del escritor francés Louis-Ferdinand Céline, que se creía perdida. La traducción de este fragmento se debe a Melina Balcázar, quien al respecto señala¨Guerra no es un esbozo más. Se trata de una pieza central que completa el rompecabezas literario que obsesivamente Céline se empeñó en construir a partir de su vida. (…) Guerra nos muestra que un escritor es alguien que crea a partir de sus contradicciones. Ni santo ni héroe de los buenos sentimientos. Incómodo, en efecto, es Céline, pero ante todo profundamente humano”. He aquí la historia del descubrimiento de los manuscritos de este escritor, autor de “una de las obras más revolucionarias de la literatura y, al mismo tiempo, de panfletos antisemitas.

Durante más de quince años convivió en secreto con uno de los más grandes escritores franceses. Con el misterio de manuscritos inéditos que un día le llevaron en dos grandes maletas. Él es Jean-Pierre Thibaudat. Céline es el escritor. Estos libros inéditos constan de 240 hojas de un texto titulado Guerre; 600 páginas de un libro, Casse-Pipe, que comienza antes de la guerra del 14, del cual solo se dispone de un fragmento, un tercer manuscrito, Londres, y un cuarto, La voluntad del rey Krogold, una saga medieval que Denoël le había rechazado a Céline cuando éste se la envió tras el éxito de Viaje al fin de la noche, así como el manuscrito completo de Muerte a crédito, notablemente diferente del texto impreso que conocemos. Más que un tesoro, un mito: los famosos manuscritos de los que Céline, aquí y allá, había afirmado que le habían sido robados un día de 1944, cuando, el 18 de junio, había zarpado hacia Alemania, lejos del número 4 de la calle Girardon, donde las cosas empezaban a complicarse.  

 

Durante más de quince años, Jean-Pierre Thibaudat transcribió pacientemente los jeroglíficos celinianos, los ordenó y clasificó un metro cúbico de páginas. "Para él se había convertido en una droga transcribir con paciencia", declara Emmanuel Pierrat, abogado de Thibaudat, quien, desde el anuncio en Le Monde de la existencia de estos manuscritos, decidió no hablar al respecto. Imaginamos el trabajo. El regocijo también de ser el único en examinar estas hojas de las que el propio Céline ignoró su existencia y destino hasta su muerte. Tan solo si hubiera sabido que dormirían durante casi sesenta años en una caja de madera, que a su vez estaba relegada en el fondo de un sótano. Según Emmanuel Pierrat, si Thibaudat se puso en contacto con él en junio de 2020 fue porque había respetado la petición de su “fuente” políticamente de izquierda: no dar nada antes de la muerte de Lucette Destouches, la viuda de Céline, fallecida el 8 de noviembre de 2019. El encierro, que había cancelado todas las representaciones teatrales, permitió a Thibaudat, crítico de teatro, llegar al final de su labor.

  • En junio de 2019, Pierrat se puso en contacto con su colega, el abogado François Gibault, celiniano emérito, uno de los beneficiarios de Lucette Destouches, viuda del escritor y fundadora de la Sociedad de Estudios Celinianos, editora en particular de las cartas de prisión de Céline en Dinamarca. François Gibault tampoco lo creía al principio. “Pero la lista de manuscritos retenidos correspondía exactamente a los que le habían sido robados a Céline”, nos dice Gibault. Por lo tanto, acordamos reunirnos para decidir sobre el futuro de estos "objetos". Está presente una cuarta persona, junto a Gibault, Véronique Robert-Chovin, la otra beneficiaria de Lucette Destouches, de quien era muy amiga. Con el paso de los meses se retrasó un acuerdo real y, en enero de 2021, Gibault y Robert-Chovin presentaron una denuncia contra Thibaudat por recibir obras artísticas robadas. Se ordenó al crítico de teatro que entregara las hojas a la policía en la Oficina Central para la Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales, con sede en Nanterre. La OCBC tardó tres horas en contar, con los ojos muy abiertos, la enorme cantidad de hojas de Céline. La denuncia siguió en curso, aunque Thibaudat devolvió a los beneficiarios "el objeto del delito", que nunca comercializó, dedicando algunos años de su vida a su transcripción mecanografiada.

François Gibault no recuperó todos los manuscritos sino hasta el 21 de julio: "Miré especialmente el manuscrito de La muerte a crédito, que refleja diferencias reales, pero lo que veo es que Céline, quien a menudo es acusado de crear invenciones, había dicho la pura verdad al hablar de estos textos robados”.

Quedan algunas áreas grises, primero en relación con las circunstancias de este robo. Sobre esto, las hipótesis divergen. Para Émile Brami, biógrafo, autor de Céline à rebours (Archipoche), y quien investigó en particular el verano de 1944 del escritor, la pista más segura conduce a un tal Oscar Rosembly, cuya existencia se descubrió en un voluminoso expediente que le fue entregado en 1997 por el hijo de Jean-Louis Tixier-Vignancour, alguna una vez abogado de Céline. “Allí encontré rastros de este Rosembly”, nos dice, “ex asistente parlamentario del ministro Camille Chautemps, periodista en Gringoire, desaparecido en 1940 para reaparecer en 1943 con el pintor Gen Paul, a quien ya conocía”. Gen Paul es el gran amigo de Céline, quien vivía frente a su casa en la calle Girardon. Con frecuencia se refugiaba con Céline en el cuarto piso. Así es como se convierte en su contable, porque, como buen antisemita, Céline creía que no se podía encontrar mejor contable que un judío. Rosembly, convertido en teniente de la FFI, tuvo serios problemas con la ley después de la liberación por haber visitado varias casas de personalidades de la colaboración, incluidas las de Robert Le Vigan y Céline. Rosembly murió en 1990. Brami intentó en vano encontrarse con su hija, Marie-Luce, que parecía tener en su poder los documentos de Céline. ¿Pero cuáles? Murió en noviembre de 2020.

Guerrilleros de la resistencia que presuntamente registraron el apartamento de Céline

El abogado Emmanuel Pierrat no cree en esta pista que sitúa el robo después de la liberación, a finales de agosto de 1944. Fiel al silencio solicitado por su cliente Jean-Pierre Thibaudat, sólo evoca la pista de los miembros de la resistencia que habrían visitado el apartamento de Céline poco después de su partida en junio. Pero ¿por qué simplemente se apoderarían de esas pilas de manuscritos apilados en los estantes? “Céline era una persona destacada entre los colaboracionistas, tan conocida por sus escritos literarios como políticos, por lo que estos documentos eran importantes. ¿Incluso antes de la partida de los alemanes? Estos documentos “importantes” acumularon polvo en una caja hace casi sesenta años en la casa de uno de los combatientes de la resistencia que supuestamente operó en junio de 1944. “La familia conocía al autor de estos documentos, sabía que eran preciosos, pero él no debería hablar de eso. Esta familia no pertenecía al medio intelectual, no tenía conexión con ese mundo. “Sin embargo, mantuvo alguna relación con la resistencia, de la que formaba parte el padre Jean-Pierre Thibaudat. Es por eso que fue contactado cuando el "titular" murió a mediados de la década de 2000. No es celiniano, solo ha leído las principales novelas, ha escrito, aquí y allá, sobre obras de teatro del escritor, pero, a los ojos de la familia parece ser el único intermediario posible, el único depositario de este engorroso e ilegal fondo. Con el paso de los años, Thibaudat se vio envuelto en el juego, vio su vida transformada, vampirizada.

Vemos que dos huellas no se excluyen mutuamente: así, faltan los primeros ocho capítulos del manuscrito deGuerre, que podría haber estado en posesión de Rosembly. Además, el conserje del número 5 de la calle Girardon le había dicho a un celiniano después de la guerra que cientos de páginas del escritor habían volado desde lo alto de sus ventanas después de la liberación. Palabras nunca negadas o confirmadas. Una tercera fuente posible.

Antes de que el escritor caiga en el dominio público, que será en 2031, apostamos a que este Céline exhumado y resucitado será invitado varias veces al panorama editorial francés.

 

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“pálido.deluz”, año 10, número 143, "Número 143. Educar para la vida o educar para la muerte. (Agosto, 2022)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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