Este programa tiene que ver directamente con la historia de nuestro país, porque es una constante histórica en el desarrollo de este.

Siempre, desde siglos atrás, los oficios han existido y actualmente igual. Ha habido y hay miles de oficios tanto en el mundo urbano como rural. Y millones de gente que los ejercen en nuestros estados y en nuestro País.

Todos conocemos a las personas que en nuestra vecindad (territorio) ejercen oficios: esta “Don Juan” que siempre ha vendido tacos en la esquina, o Doña Juanita que hace y vende un chocolate y pasteles sabrosísimos en su casa, o la señora Lucy que es la costurera de siempre en nuestro barrio, o el señor Pedro que es el carpintero de siempre, o José el mecánico de la colonia, etc.

O sea que los “reconocemos”.

Desafortunadamente estos “oficios”  no han sido nunca debidamente reconocidos desde el punto de vista estadístico y económico. Por ejemplo, no han sido considerados suficientemente en el PIB y su aportación al mismo. Últimamente parece que se les considera a algunos como trabajos “informales”.

Pero esto no solo sucede en México, sino en toda América Latina.

El reconocimiento de estos oficios se ha probado, impulsado por mi parte  (su impacto)  en los últimos 10 años en ciertos territorios, en diversos estados del país, Oaxaca, Puebla, Monterrey. Con la participación de diversas instituciones, oficiales y privadas.

El impacto de la entrega de estos reconocimientos en la autoestima personal y de la familia, son muy fuertes. Y también en los habitantes del territorio a donde pertenecen. Ayuda mucho a la identidad Territorial.

El reconocimiento que se entrega es con una foto de la persona realizando su oficio, con su nombre, el nombre del o de los oficios  y años realizando uno o varios oficios. En algunos casos las personas quieren que se incluya en ese reconocimiento a sus miembros de su familia que ya fallecieron pero que también ejercieron por más de 15 o más años ese oficio. Y va en un cuadro con marco y vidrio, para que lo pongan en la sala de sus casas.

Es importante considerar a partir de cuantos años de ejercer un oficio se les de ese reconocimiento, y se aconseja que sea a partir de 15 años.

Hay testimonios textuales muy ejemplificativos sobre esos impactos:

“Nadie nunca en mi vida nadie me había reconocido mi oficio”, “me voy a morir tranquila, porque nunca pensé que el rector me entregaría en mi mano este reconocimiento”, “antes de morirme quiero que me pongan en mi ataúd, ese reconocimiento”, etc.

Y el reconocimiento no exige que la persona haya estudiado ningún nivel, sobre todo porque la mayoría no tuvieron esa oportunidad.

Un aspecto importante de este programa es quien firma el reconocimiento. Es parte del efecto positivo en la autoestima.

Para estar seguro de la importancia y efectos de este programa, por parte de la institución que lo impulse se recomienda que primero se ubiquen ciertos territorios (colonia, barrio, ejido, etc.) donde se “experimente” dicho programa y de paso se aprende el proceso que hay que llevar para obtener los datos duros de quienes se merecen ese reconocimiento. Pero sobre todo para que las personas directivas de la institución  les conste personalmente de su impacto.

Es recomendable que estos primeros territorios que se seleccione para experimentar este programa sea donde la gente que vive ahí este bien organizada,  que tenga un identidad territorial, que tenga representantes autónomos, como un comité, o algo parecido.

Parte de este  proceso es realizar las entrevistas en ese territorio  para obtener la información necesaria, esto es muy importante, porque la gente que lo haga, deberá estar bien capacitada para hacerlas, porque debe tener la sensibilidad necesaria para ello, y esto implica ser capacitada, no es una entrevista típica / tradicionales  que se hacen por oficinas del gobierno o de ACs u otras instituciones, para “tener datos / justificar sus trabajos”.

Esta participación en estos territorios de esa manera permite que esa gente, cuando se decida ampliar dicho programa en una ciudad o en un región o estado, tenga la sensibilidad y visión necesaria para implementarlo, como un programa especial.

Como precursor de este programa y con experiencia de más de 10 años en el mismo,  me puedo comprometer a dar la asesoría necesaria para llevar a cabo este programa, y en especial en capacitar a las personas que empezaran a  hacer las entrevistas.

Tengo testimonios suficientes (documentales, conferencias, etc.) de todos los ejercicios que se hicieron durante más de 10 años en diferentes territorios. Que serán necesarios conocer por el personal que se involucre en el programa.

Sobre todo para que tengan la “visión del bosque “y no solo de un árbol o ramas. Y a la hora de entrevistar a los o las directivas o representantes de esos territorios donde se vaya a realizar las encuestas, sepan explicar de qué se trata, porque no es muy sencillo.

También puede haber otros medios para obtener la información de la gente con oficios, como los medios digitales, pero tienen que ser formas muy bien diseñadas para que se pueda tener la información requerida.

El aprendizaje de la pandemia, nos dice que esta capacitación puede llevarse a cabo a distancia o por video conferencias. De otra manera puede ser personalmente, viniendo alguna persona a EPT donde estoy por lo pronto residiendo en estos próximos dos meses, junio, julio y agosto.