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Lunes, Mayo 13, 2024

Resumen:

El presente ensayo se enmarca bajo el método inductivo, en el paradigma humanista, con enfoque cualitativo, y con un diseño narrativo de tópico, con las cuales se pretende identificar algunas cuestiones culturales que inciden en la calidad educativa de México en Educación Básica, así como presentar algunas acciones específicas que nos den la posibilidad de mejorar nuestros procesos educativos.

Existen muchas vertientes, enfoques, propuestas y modelos educativos que investigadores, pedagogos, escritores, filósofos y eruditos en materia educativa han formulado y que se han puesto en marcha a lo largo de los años en el Sistema Educativo de nuestro país, los cuales sin duda han favorecido en gran medida en diferentes formas el progreso de la educación, pero también han presentado carencias y debilidades que no han permitido resolver del todo esta calidad educativa que tanto añoramos y los problemas que a diario vivimos en las instituciones.

Abstract:

This essay is framed under the inductive method, in the humanist paradigm, with a qualitative approach, and with a topical narrative design, with which it is intended to identify some cultural issues that affect the educational quality of Mexico in Basic Education, as well as present some specific actions that give us the possibility to improve our educational processes.

There are many aspects, approaches, proposals, and educational models that researchers, educators, writers, philosophers, and scholars in educative matters have formulated and that have been implemented over the years in the Educational System of our country, which undoubtedly have greatly favored the progress of education in different ways. Nevertheles, on the other hand, they have also presented deficiencies and weaknesses that have not allowed us to fully achieve this educational quality that we have pursued for so long and the problems that we experience everyday in the institutions.

Palabras Claves:

Educación, valores, cultura, identidad, historia, México.

Keywords:

Education, values, culture, identity, history, Mexico

 

Introducción

La perfección y la calidad educativa no es un punto estático ni un punto final al cual se llega en determinado momento, sino más bien es un proceso cambiante, evolutivo y progresista al que se debe responder paulatinamente, la sociedad evoluciona, las necesidades son diferentes a lo largo de las edades, y el conocimiento avanza de tal forma que las propuestas y modelos educativos tendrán que adaptarse a estas variables.

De esta forma no se pretende resolver los problemas de la calidad educativa del país, ni proporcionar una receta a la cual se tenga que apegar el modelo educativo, sino más bien, es una aportación y perspectiva que se respalda y fortalece en la propuesta basada en una educación formativa, que se refiere a principios y valores éticos, en la cual la escuela no es un ente meramente teórico que se enfoca en la transmisión de conocimientos científicos a través de las diferentes asignaturas o cursos, sino que se complementa cultivando principios y valores morales para propiciar una calidad de vida interior en el ser humano, que aporte aspectos que fortalezcan el bien ser y el saber convivir en la sociedad.

Un aspecto importante al que aludiremos es la parte actitudinal/valoral del estudiante, que muchas veces se resta mérito y no se le da la importancia debida, y que es un aspecto que se debe trabajar muy bien en el proceso educativo, a fin de generar una cultura con actitudes positivas y progresistas, que propicie formas de pensamiento optimista, que minimice el pesimismo y la mediocridad, que impulse y recompense el esfuerzo de cada persona, que valore la superación y la calidad del trabajo, que realce el trabajo colaborativo, que genere una mentalidad de primer mundo que piensa en el éxito y el bien común, que evita la crítica destructiva, que reduce la ambición y avaricia.

Se trata de descubrir y analizar la verdad de las raíces culturales, identificar realmente aquellos valores que los caracterizaban como mexicanos antes de la conquista, y de la huella que ha dejado en la mente y corazón de cada mexicano, todo ello a partir de un análisis de causas y efectos ocasionados por la invasión española, así como un estudio e investigación de la historia “real” de México, o por lo menos, más objetiva que la que los han presentado en los programas de estudio de Historia en Educación Básica y Media Superior, que responden a intereses políticos y partidistas en los distintos gobiernos que han estado en turno en diferentes épocas.

 

Desarrollo

La educación en México es un pilar fundamental para el desarrollo y progreso de la nación, es el medio para abatir la ignorancia, para lograr el desarrollo económico, social y cultural, para elevar la calidad de vida de los mexicanos, es por ello que vale la pena hacer aportaciones que favorezcan nuestros procesos educativos. Educar es transformar vidas, no solo trasmitir conocimientos, es elevar la conciencia de los estudiantes a otros niveles que les permitan ser productivos para atender a las necesidades sociales.

En fin, todos los aspectos que forman parte del ser interno en el hombre, nos llevan también a considerar y revisar las aportaciones del enfoque humanista pedagógico para una educación integral, que reconoce la condición humana, psicológica y afectiva en el proceso educativo, que responda justamente a las necesidades de los estudiantes.  

Así que revelar la identidad y riqueza cultural les permitirá valorar y rescatar los valores culturales, lo cual les proporcionará una razón de ser, una fuerza para luchar, será un motor que les impulse para ser mejores, para promover el respeto y honestidad, para combatir la corrupción del ser humano, en fin, alimentar el espíritu y deseo de cada persona para buscar la calidad individual, la cual se reflejará en la calidad en todas las áreas de su vida, incluyendo su proceso educativo, y a su vez se manifestará en la calidad global de México, que será resultado de la suma de las calidades individuales de cada mexicano.

De esta manera se plantea la necesidad de trabajar en la escuela un “crecimiento de la persona”, que no se trate únicamente de adquisición de conocimientos y desarrollo de competencias/habilidades (técnicas y profesionales), sino que tome en cuenta precisamente los aspectos internos en el ser como ya se ha referido. De esta forma incluiremos el aspecto cultural del ser humano y cómo éste influye para reafirmar la identidad cultural y personal de cada individuo, lo cual permita valorar las raíces y riqueza cultural en México y cómo lo podría incidir en la calidad educativa.

Para fomentar valores o principios morales y para trabajar sobre actitudes positivas, primeramente requerirán una plataforma sólida que los respalde y en ella lo obtendrán a partir de identificar aquellos que eran parte de su esencia mexicana, aquellos que poseen antes de que la invasión española les marcara una herida cultural como aluden diferentes autores que con esta investigación se abarcará posteriormente, así que necesitamos remontarnos a sus raíces culturales para sanar y afirmar su identidad cultural. Es menester valorarse como mexicanos y como nación, y esforzarse por regresar a sus valores y formas de pensamiento optimista que necesitamos para ser mejores, requerirán ser progresistas y positivos.

En este momento surgen preguntas tales como, cómo se pretende abordar la problemática identificada, y cuáles son los pasos para seguir. Para ello primeramente nos gustaría explicar a partir de dónde se pretende proporcionar solución al problema planteado, y el punto de partida que consideramos apropiado es justamente la sanidad de la identidad cultural como mexicanos, con ello se quiere expresar que será necesario investigar y analizar cómo es que este aspecto tan importante, que ha afectado en cada ciudadano para valorarse como persona y también como nación, y como resultado de ello nos ha llevado a la mediocridad y pesimismo.

De tal suerte que indagaremos en las aportaciones de diferentes autores que aluden a una herida cultural que se produjo como resultado de la conquista española. Aunado a ello será necesario averiguar qué tipo de personas éramos, que riqueza cultural poseíamos, que tipos de principios y valores practicábamos antes de la invasión española, para que podamos poseer una plataforma sólida sobre la cual reconstruir nuestra identidad cultural.

Por otro lado, valdrá la pena identificar y romper con paradigmas históricos erróneos que se han planteado en los libros de Historia de México, por la Secretaría de Educación Pública, que responden a intereses políticos y partidistas, para así tener la facultad de encontrarnos con nosotros mismos, con la verdad de nuestras raíces culturales y encontrar realmente un camino a la restauración y sanidad cultural. Así que será necesario entrevistar a historiadores mexicanos relevantes para fortalecer la investigación y recabar la información necesaria que valdrá la pena analizar y socializar en determinado momento, para concientizar y motivar a estudiantes y docentes para valorar nuestras raíces culturales.

Para definir una metodología en el presente ensayo, vale la pena mencionar que cada problema de investigación es diferente y que requiere cierta flexibilidad para abordarlo en mejor medida, necesita no encerrarse a una secuencia, estructura y serie de pasos prescritos sino más bien adecuarse a instrumentos, pruebas y análisis diversos para encontrar la solución al problema, se necesita la imaginación creativa para abordar un problema y acercarnos a la realidad, en definitiva, coincidimos con Rojas-Soriano (2010), al manifestar que el método científico y la metodología de investigación debe afinarse al momento de efectuarse el proceso del trabajo científico[1].

La calidad educativa en México es un problema de siglos y de actualidad que no tiene un inicio ni fin, que no tiene solo una causa sino diversas, que no se genera en un solo lugar y de una sola forma, sino que se presenta en diferentes sitios y contextos, así que podemos abordar la cuestión y presentar propuestas, enfoques y modelos desde diferentes ángulos, por lo que nos permitimos presentar una de sus causas del problema y así mismo proporcionar una ruta de mejora a partir del presente trabajo de investigación, que surge del supuesto de que la educación debe ser formativa y necesita retomar aspectos que tienen que ver con principios y valores morales, con actitudes positivas, y formas de pensamiento optimista; todo ello enfocado al “crecimiento de la persona”, echar a un lado la parte intelectual y profesional que involucra los contenidos teóricos, prácticos, conceptuales-procedimentales, y el currículo de los programas de estudio.

Desde esta perspectiva se puede apreciar que en la escuela y en la sociedad hace falta fomentar valores morales y promover actitudes favorables para el progreso, de esta forma se pueden identificar dos necesidades, por un lado, que los docentes y los programas de estudio necesitan contemplar y evaluar la parte actitudinal y valoral del estudiante, para que de esta manera se abone al crecimiento interno del alumno y se pueda vislumbrar la calidad de la persona en diferentes áreas de su vida, incluyendo su proceso educativo. Y justamente este aspecto nos lleva a la segunda necesidad, elevar la conciencia de los alumnos hacia la calidad personal, a partir de fomentar buenos valores y principios éticos, así como actitudes positivas y progresistas, que reflejen un impacto no solo en la escuela sino en todos los ámbitos sociales. Por tanto, se necesita descubrir en nuestras raíces culturales y nuestra identidad mexicana para auto valorarnos como personas y rescatar aquellos valores que caracterizaban a nuestros antepasados, que de acuerdo a la historia de México poseían un alto nivel de conciencia y de calidad de vida.

La calidad educativa podrá mejorarse a partir de la calidad individual que viva cada estudiante, y de las actitudes-valores que demuestre, por mencionar algunos ejemplos: si es puntual, disciplinado, ordenado, perseverante, respetuoso, responsable, honesto, entre otros. Y todo ello se reflejará directamente en los resultados y el rendimiento dentro del aula de clases. Si se fomenta una cultura con valores, formas de pensamiento y actitudes positivas en los estudiantes, podremos elevar la calidad educativa, porque con una mente elevada y una conciencia perseverante, que desea superarse y ser mejor cada día, un individuo con buenos principios y valores que no obstaculiza los procesos educativos, sino que los enriquece con su participación y sus aportaciones.

 

 

Fundamentos Teóricos de la Educación en Valores

La efectividad de la labor de la escuela y de los docentes no puede limitarse a los resultados docentes que alcanzan los alumnos en las diferentes asignaturas; la misma debe apreciarse en un objetivo más amplio: la formación de un hombre capaz de pensar, sentir y actuar integralmente, en correspondencia con las necesidades de la sociedad y el marco concreto de la comunidad, barrio o zona donde interactúa sistemáticamente y se desarrolla como personalidad. La escuela tiene el encargo social de enseñar a los niños y jóvenes a vivir a la par de su tiempo y valorar la realidad que los rodea, apreciar el mundo circundante en perspectiva y estar preparados para actuar consecuentemente en su transformación y desarrollo, científico y social.

Hay que instruir y educar como un proceso íntegro con estrechos vínculos dialécticos, no reducir la actividad educativa a la clase, porque no es suficiente. Su enfoque tiene que ser integral de acuerdo con las necesidades, aspiraciones y -problemas del hombre de hoy, y la sociedad a la que se aspira.

El Aprendizaje de Contenidos Actitudinales-Valórales

Uno de los contenidos poco atendidos en los currículos y en la enseñanza de todos los niveles educativos es el de las actitudes y los valores (el denominado “saber ser”) que, no obstante, siempre ha estado presente en el aula, aunque sea de manera implícita u “oculta”. Sin embargo, en la década pasada notamos importantes esfuerzos por incorporar tales saberes de manera explícita en el currículo escolar, no sólo a nivel de la educación básica, sino también en el nivel medio, en el bachillerato y gradualmente en la educación superior.

Los diferentes países y sistemas educativos los han incorporado de muy diversas maneras, en proyectos curriculares o metacurriculares, ubicándolos bajo los rubros de educación moral o ética, enseñanza de valores y actitudes, desarrollo humano, educación para los derechos humanos y la democracia, y educación cívica, entre otros.

Asimismo, y sin excluir lo anterior, atado de clarificar en el currículo y la enseñanza el tipo de valores y actitudes que habría que fomentar en las materias curriculares clásicas, como por ejemplo, qué actitudes hay que fomentar en los alumnos respecto a la ciencia y la tecnología, o qué tipo de valores sociales hay que desarrollar en asignaturas como historia o civismo. También se han dedicado esfuerzos importantes a tratar de erradicar las actitudes negativas y los sentimientos de incompetencia de los estudiantes hacia asignaturas (como Matemáticas) o en general hacia aquellas situaciones educativas generan frustración y baja autoestima.

Como puede anticiparse, este campo ha resultado no sólo muy complejo sino sumamente polémico. El lector interesado puede consultar la literatura que ha surgido: Delgado de Cantu G M (2006) Historia de México; Rodríguez Ramos J (2019). Historia de Mexico 1; Latapí Sarre P (1998) Tiempo educativo mexicano V; entre otros.

Para resolver problemas se necesita más que el conocimiento y habilidad, y se asegura que los contenidos conceptuales y procedimentales no bastan por sí solos para desarrollar una capacidad, ya que la actividad humana requiere saber convivir para ser con los demás, por lo que necesita desarrollar ciertos hábitos, valores, actitudes… y se observan lo que conforma los llamados contenidos actitudinales.

Las actitudes son experiencias subjetivas (cognitivo-afectivas) que implican juicios evaluativos, que se expresan en forma verbal o no verbal, que son relativamente estables y que se aprenden, en el contexto social. Las actitudes son una manifestación de los valores que posee una persona. Un valor es una cualidad por la que una persona, o un objeto-hecho, despierta mayor o menor aprecio, admiración o estima.

Aprender a ser y convivir, resulta fundamental para desarrollar actividades que valoren la importancia del respeto a los demás y del trabajo en equipo; que fomenten la autonomía la libertad y la responsabilidad.

Los Cuatro Pilares de la Unesco:

Lograr que los estudiantes se apropien de éste y los demás tipos de contenidos de manera armónica permitirá que puedan desarrollarse los cuatro pilares básicos de la Educación que la Unesco (1996) propone para enfrentar los retos y desafíos del siglo XXI.

  • Aprender a conocer. (Sistema de conocimientos y sistema de experiencias de la actividad creadora)
  • Aprender a hacer. (Sistema de habilidades y hábitos y sistema de experiencias de la actividad creadora)
  • Aprender a vivir juntos. (Sistema de relaciones con el mundo y sistema de habilidades y hábitos)
  • Aprender a ser. (Sistema de relaciones con el mundo y sistema de experiencias de la actividad creadora) Jacques D (1994).

Cultura Mexicana e Identidad

¿Quiénes son los mexicanos? Lo más actual es que son ciudadanos que habitan y están nacionalizados dentro del territorio mexicano. Por otro lado, son resultado del mestizaje de razas que se ha producido con estadounidenses, judíos, chinos, franceses, alemanes, cubanos, guatemaltecos, entre otros. Pero retrocediendo un poco más, somos resultado de la mezcla con españoles cultural y biológicamente. Los rasgos somáticos no pueden negar el rostro indígena que poseen, la estatura y color de piel de el origen de civilización mesoamericana. Ideológicamente son el resultado de pensamientos y filosofías de otros continentes gracias a la globalización.

Son un pueblo mestizo que resultó de violaciones y amancebamiento sin compromiso matrimonial, un pueblo marginado y considerado inferior, cuya cultura fue aplastada, negada y finalmente enterrada en el pasado; sufren de un complejo de inferioridad que no les permite valorar sus esfuerzos y quehaceres, no hay iniciativa para crear algo por sí mismos, porque todo lo que surja en México es menos importante que lo que se hace en otros países, buscan satisfacer a los sistemas y objetivos occidentales y no lo de sí mismos. Su identidad fue dañada y tienen miedo de mostrar lo que realmente son, han creído que ser diferentes es ser inferior y no reconocen que cada cultura y persona es auténtica y única, pero no menor o peor.

Pensamientos Negativos que Afectan a la Sociedad

El mexicano envidia el éxito de los demás, y no mira el esfuerzo que costó para lograrlo, critica a los que sobresalen, le “echan tierra” y comentan desfavorablemente, y estas personas nunca quieren luchar por superarse, sueñan con objetos grandes pero no comprenden que ello requiere un proceso de preparación, de formación, de disciplina y constancia, de adiestramiento y de práctica, de sembrar con sudor y con lágrimas de trabajo, para poder cosechar frutos de éxito con risas y lágrimas de felicidad, como lo refiere la Biblia en el libro de Salmos 126:5-6.

Es necesario comprender que no hay atajos para llegar a la cima, sino que exige del acondicionamiento y preparación física de la persona, que necesariamente debe emprender el largo camino del ascenso a la montaña, para que al llegar hasta arriba, no se maree y vuelva el estómago (vomite), sino que su cuerpo esté debidamente adaptado para soportar y resistir el cambio paulatino de la presión atmosférica a la que será sujeto.

Los cambios bruscos y repentinos producen inestabilidad, por ello muchos que llegan a ocupar cargos prominentes, sin que hayan pasado por un proceso natural de ascenso, se olvidan de donde provienen, pierden el suelo y adoptan una postura soberbia y de autoridad tiránica, en la que pierden el valor y el respeto a sus subordinados cayendo en el abuso de su supremacía; y también como el autor Conceição P (2021) dice: “Las incertidumbres no solo se derivan de los tipos de decisiones que se adoptan sobre las políticas, sino también de cómo se diseñan y aplican. El éxito depende de su percepción, de su aceptación social por parte de los distintos segmentos de la población y de quienes ostentan cargos de poder.”

Así que es importante considerar si alguien quiere mandar, primero ha de aprender a obedecer órdenes, para ser jefe primero hay que conocer desde abajo en qué consiste el negocio, para tener la jurisdicción de administrarlo sabiamente.

Así que la persona que va escalando los peldaños de la superación profesional, difícilmente será una persona despótica que desprecia a los demás, porque tiene claro que él mismo pasó por allí. Esta persona a su vez valora grandemente su posición y es motivo de enorme satisfacción personal porque sabe cuánto invirtió en estudio, sacrificio, desvelo, esfuerzo, mérito y trabajo.

Vemos a grandes escritores, deportistas, conferencistas, empresarios y muchas veces añoramos triunfos como los de ellos, pero no vemos todo lo que han hecho para lograrlo, no somos conscientes de que invirtieron horas de trabajo, capacitación, entrenamiento, estudio y dinero para lograrlo. Lo que realmente deben subrayar en las personas grandes y exitosas, es que detrás de todo trofeo, hay un camino de disciplina, ejercitación, esfuerzo, entrenamiento, lágrimas y sudor, y detrás de todo éxito y triunfo profesional, hay un largo camino de lucha, de perseverancia, de preparación y formación.

Muchos se brincan este proceso buscando atajos y cuando lo logran solo manifiestan la incompetencia para conducirse en el lugar que llegan a ocupar. Los medios empleados son ilícitos y forzados, no es un proceso natural en el cual se capaciten.

Por ello, muchas veces el mexicano aplasta a los demás a costa de superarse y sobresalir, no mira a los demás como parte de un todo, de una colectividad y de una complementariedad en la que están presentes todos los demás y que él éxito debe ser compartido, no ve un bien común, sino ve a los demás como un medio para conseguir sus propios objetivos, no así el mexicano prehispánico, antes de la conquista española, que buscaba la armonía con los demás, se veía como parte del todo y que todos eran necesarios para el éxito.

Esta misma realidad se visualiza en el cuidado de la naturaleza, nuestra cultura extraía los recursos naturales propiamente sin exceder sus límites, sin llegar a la explotación, buscaba la preservación y daba el mantenimiento y cuidado a la naturaleza para que ésta pudiera subsistir y seguir brindando sus beneficios, si ella le proporcionaba bendiciones, entonces ellos buscaban regresarle el favor de alguna forma en que ella se beneficiara. Como menciona el autor Sánchez E (2016) diciendo: “El suelo es la cubierta de la mayoría de la superficie continental de la Tierra. Es considerado como uno de los recursos naturales más importantes y es esencial para la vida, como lo es el agua y aire.”

Ahora sabemos que somos capitalistas de acuerdo con esa cosmovisión occidental que se implantó en nuestra cultura, en donde lo que se busca es producir el mayor número de productos, aunque no sean requeridos, y explotar de manera óptima y al máximo a la naturaleza solo por la ambición de la riqueza. Como dice el libro de Hernández J (1991): “La riqueza es un fenómeno muy complejo, tiene que ver con muchas cosas: con joyas, con dinero, con viajes, con el lujo, con tarje tas de crédito, con medios de trabajo y producción.”

Es una verdadera tristeza conocer a personas profesionales bastante preparadas, con una forma de pensamiento, actitudes y valores muy positivos, que no han tenido la suerte que muchos altos funcionarios han tenido, y que posiblemente no ostentarán grandes cargos de preponderancia social, debido a los sistemas y estructuras gobernantes corruptas que solo aceptan a sus personalidades elite para participar en el gobierno.

Inferioridad de Nuestra Cultura Frente a la Occidental

Estas dos cosmovisiones difieren de acuerdo con sus objetivos y valores, en cuanto a sus conceptos de producción, para la occidental era necesario aumentar la producción de bienes a costa de la explotación de la naturaleza sin importar el almacenamiento de los productos ni el consumismo, sin en cambio, el indio tenía un sistema de producción al día, no producía en exceso ni más de lo que necesitaba, esta forma de vida se configura a partir de un sistema de autosuficiencia en el que las comunidades y familias producen los productos que requieren para su alimentación, a través del cultivo de diferentes semillas, frutos, verduras, crianza de animales y producción de alimentos derivados de ellos, y la recolección de especias y hiervas de diversa índole.

Como cita el autor del libro México profundo Bonfil G (1987): “Cultivos diversos, unidos a recolección, caza, pesca y crianza de animales domésticos, entreverado todo con alguna forma de producción artesanal (alfarería, tejidos, cestería y muchos más productos) y una capacidad generalizada para realizar otras tareas (de construcción, de reparación), ofrecen un amplio espectro de posibilidades que se pueden combinar o alternar, según las circunstancias.”

 

Esta es la razón por la cual los indios no se preocupaban por la acumulación de productos, y por la cual los españoles los consideraban ignorantes y mediocres por poseer una visión muy reducida para la productividad. En este sentido la producción de los indios era considerada como improductiva y poco redituable, ya que sus productos eran elaborados a mano y bajo largas jornadas de trabajo, lo que era contrario a las formas de trabajo y técnicas de los españoles que permitía la fabricación de los mismos en serie y a un ritmo muchísimo más rápido.

En la civilización mexicana a diferencia de la occidental, la naturaleza no es vista como enemiga ni se asume que la realización plena del hombre se alcance a medida que más se separe de ésta. Desde esta perspectiva se asume que la vida del indio es primitiva y arcaica porque no goza de las comodidades que ofrecen los avances tecnológicos y científicos, porque no tiene artefactos ni herramientas sofisticadas que hagan las tareas más fáciles y eficientes garantizando mayor productividad, como lo es el caso del sistema de producción y perspectiva capitalista referida anteriormente.

Y partir de estas concepciones que existen en estas dos culturas acerca de la naturaleza, se puede comprender cómo existe una separación abismal entre la ciencia y el conocimiento del indio y el ilustre conquistador: el poeta le canta al sol, la luna y las estrellas, le escribe a las flores y animales del campo, se mira así mismo en integridad con la naturaleza que lo sustenta; mientras que el astrónomo y físico estudia las leyes que rigen al universo; el campesino conoce los ciclos y tiempos de cultivo que permitan la preservación de la naturaleza mientras que el agrónomo sabe de la tierra, de los productos químicos que permiten aumentar la producción a pesar de la degeneración y explotación de la tierra.

Y como dice nuevamente el libro México profundo Bonfil G (1987): “Sólo que en la cultura occidental se pretende separar y especializar distintos aspectos de esa relación total: el poeta le canta a la luna, el astrónomo la estudia; el pintor recrea formas y colores del paisaje, el agrónomo sabe de la tierra; el místico reza… y no hay forma, en la lógica occidental, de unir todo eso en una actitud total, como lo hace el indio.”

Bajo los contrastes se observa al indio frente a la naturaleza como un ser en integridad y armonía con su medio ambiente, dándole el valor y respeto a la misma, por el otro lado se manifiesta plena indiferencia frente a su entorno y sólo le mira como un medio y recurso para satisfacer sus ambiciones. Al comparar y enjuiciar estas dos formas de pensamiento podemos expresarnos favorablemente hacia alguna de acuerdo con los valores que rijan nuestra ideología personal, ya sea aprobando el crecimiento del capital, la productividad y el avance tecnológico o la preservación de la biósfera y la plenitud del hombre en armonía con la naturaleza. En este sentido no significa ausencia de sentido práctico ni ignorancia de beneficios y conveniencias; simplemente se ubican en un contexto diferente.

Historia de Bronce

Hay varias razones por las cuales los gobiernos han difundido la denominada historia de bronce a través de los libros de texto de educación de la SEP, una de ellas y a lo mejor la más noble es que se ha utilizado para alimentar el amor por la patria y por la nación, pero este amor no debemos alimentarlo con inventos de historias ficticias y colocar a los héroes de la patria en pedestales que les atribuyen la perfección y actos heroicos que no les corresponden en el grado en que se ha hecho. El verdadero amor por la nación deberá venir del verdadero conocimiento de la verdad, de saber lo que realmente aconteció, y de valorar los esfuerzos que hicieron los personajes por defender sus derechos e intereses.

Es importante considerar que no es conveniente idealizar a nuestros héroes de la patria, es porque se tiende a pensar que fueron personas privilegiadas, especiales, con dones que no cualquiera posee, se pensaba que la perfección se encontraba en ellos, y ese paradigma por un lado les permitía admirar sus hazañas, pero por otro, les aleja abismalmente de ellos sin darles la oportunidad imitarles, y de creer en la posibilidad de que ellos también somos capaces de actuar y pensar como gente extraordinaria con todo el potencial que poseen.

Como menciona Crespo J A (2009) en su libro Contra la historia oficial “es una nueva historia oficial, pues es un recuento de personajes y héroes en el que el mundo mesoamericano y los pueblos indios quedan excluidos y donde el periodo colonial se reduce a sus primeros momentos llamados Cortés y los aztecas (y no mexicas como debería decir) que sedimentaron las bases de nuestra identidad.”

Y la verdad de todo, es que ellos eran en realidad personas comunes como todas las personas, llenas de vicios, inmadureces e imperfecciones como se les quiera llamar, y lo cierto es que cada una de las personas pueden, si así lo eligen y se esfuerzan, en ser héroes de su contexto y ser agentes de cambio social, personas que impulsen acciones que pongan en alto a la gente de su cultura y su patria, son capaces de influir y hacer valorar lo que eran y lo que son ahora.

Como dice la autora del libro Nuevos caminos del hispanismo, Chine D (2010): “No es exagerado hablar de una “propaganda de la mexicanidad” porque estas imágenes van a ser declinadas en los distintos soportes tal como los libros de texto para niños. Esos símbolos patrios revisten diferentes caras y encarnan una emblemática que nunca dejó de variar según las épocas. Inculcaron un sistema de valores que estructuraron moralmente el grupo y, que, como las prácticas rituales, marcaron la pertenencia a la colectividad y la conciencia nacional.”

La historia oficial cambia según las circunstancias y las necesidades de la élite gobernante en turno. Hay, pues, una intención de control político y de manipulación ideológica en esta expresión de la historia. Y es precisamente ésta, la “historia de bronce” u oficial, la que se enseña de manera obligatoria en los diferentes niveles educativos de todo el país. Se trata pues de una socialización política orientada a generar la lealtad a la nación, lo que puede ser aceptable y aconsejable en ciertas circunstancias, pero de ahí frecuentemente se pasa a inculcar la aceptación incondicional del régimen político vigente, e incluso la sumisión hacia él. Diversos mitos acerca de sucesos, héroes y villanos se transmiten hasta los actuales días.

Además, Prieto G (2016), autor de un libro de historia muy utilizado en el siglo XIX, destacó el carácter propagandístico de la educación: “Un gobierno es hijo de un partido con su programa político y social… la propaganda de esos principios es su deber para consolidarse y aspirar al Congreso”.

 

Conclusiones

La educación en México debe ser reorientada para considerar la dimensión actitudinal y valoral, encontrando puntos de vínculo entre los contenidos científicos de las asignaturas o cursos con situaciones prácticas de la vida cotidiana que apuntan al saber ser y convivir. El enfoque sociocultural refuerza y da sustento en gran medida a esta dimensión del conocimiento que tanto hemos omitido. Cabe mencionar que retomar aspectos culturales será preponderante para despertar en los estudiantes valores y actitudes favorables para construir una mejor sociedad, es importante reconocer quienes son los mexicanos, cuáles son sus raíces culturales y de qué son capaces de producir si se encentran con ellos mismos.

Una educación sin actitudes y valores está hueca y vacía, no encuentra relevancia en el saber ser y convivir con sus semejantes, no encuentra sentido al hecho de establecer buenas relaciones y normas para la convivencia armónica, solo se enfoca en la transmisión de conocimientos factuales, como lo es el hecho de que la historia de México en la mayoría de los casos, se enfoca en la transmisión de datos e información que solo se tiene que memorizar sin la necesidad de analizar, discernir, cuestionar, establecer argumentos, criticar y debatir; se aborda desde una perspectiva científica de solo conocer y no trasciende ni va más allá de lo que ha argumentado a lo largo del presente escrito, que pretende proveer un enfoque en el que los aprendizajes impacten la vida integral de los estudiantes en su manera de pensar, de actuar y de sentir.

REFERENCIAS

  • Bonfil Batalla, G. (1990). México profundo “Una civilización negada”. México. Grijalbo. 42 y 43.
  • Rojas Soriano, R. (2010). El proceso de la Investigación Científica (4ta ed.). México. Trillas.
  • Paz, O. (1998). El laberinto de la soledad (2da ed.). México. Cátedra
  • Díaz del Castillo, B. 1632. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. FV Éditions.
  • Monsiváis, C. (2010). Historia mínima: La cultura mexicana en el siglo xx. El Colegio de México.
  • Delors, Jacques (1994). Los cuatro pilares de la educación". México: El Correo de la UNESCO, pp. 91-103.
  • Crespo Mendoza, J A. (2009). Contra la historia oficial. Historia de broce la historia de México con tintes hecha fábula. México. Penguin Random House Grupo Editorial, pp. 171.
  • Ramírez Gómez J A. (2017). La Contracultura en México. México. Debolsillo.
  • Prieto G (2016). Crónicas tardías del siglo XIX. México. ‎Planeta, pp. 8.
  • Conceição P (2021) Informe sobre el desarrollo humano 2020/2021. México. Patria, pp. 45.
  • Sánchez E (2016). Con-Ciencia Ambiental. México. UAEM, pp. 18.
  • Hernández J (1991). Elogio de la riqueza. España. Tibidabo, pp. 11.
  • Chine D (2010). Nuevos caminos del hispanismo. Francia. Fayard, pp. 230.
  • Latapí Sarre P (1998) Tiempo educativo mexicano V. México. Editorial: Fondo de Cultura Económica.
  • Garcíadiego J (2010) Nueva historia mínima de México.
  • Delgado de Cantu G M (2006) Historia de México. México. Editorial: Pearson Educación.
  • Rodríguez Ramos J (2019). Historia de Mexico 1. México. Editorial Patria

 

 

Nahum Pichardo Barreto, Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

https://orcid.org/0000-0001-6294-7943

 

[1] Cf. Raúl Rojas, “Prólogo”, en El Proceso de la Investigación Científica. P. 5

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