La Revolución Industrial propició múltiples cambios en la vida de las personas, facilitando la realización de cientos de sus actividades diarias, aunque también dio paso a una serie de consecuencias que, al comienzo, no fueron relevantes, debido a la gran cantidad de beneficios que aportaron a la vida diaria. Sin embargo, desde mediados del siglo XX, la preocupación por la rapidez con que comenzaron a surgir cambios en las condiciones ambientales, llevó a muchas personas a reflexionar sobre esas consecuencias que antes no se habían considerado, valorando también el impacto que tenían las múltiples actividades de esa época en el resto de los seres vivos del planeta y en las condiciones de los factores abióticos del mismo.
Una de las organizaciones más conocidas de las últimas décadas que se dedica a señalar este problema, ha sido Greenpeace, la cual se ha caracterizado por su lucha constante por preservar el ambiente y buscar el beneficio de las diversas especies que habitan la Tierra. Su impacto ha sido tal, que cientos de personas en todo el mundo se han unido a sus filas, ya sea de manera directa o a través de aportaciones económicas para solventar sus proyectos.
Desafortunadamente, en los últimos años, los problemas ambientales en lugar de disminuir han empeorado rápidamente, por lo que un nuevo grupo de personas ha volteado su mirada hacia ellos: los jóvenes; debido a la incertidumbre que les depara el futuro, muchos de ellos han comenzado a reflexionar sobre las acciones que se realizan en todo el mundo, cuestionando cuáles son realmente indispensables y demandando que los gobiernos e instituciones internacionales tomen cartas en el asunto.
Una muestra de ello es Greta Thunberg y el movimiento Fridays for Future, el cual se implementó en distintas partes del mundo. Su determinación y la forma en que se presentó ante diversos líderes mundiales para exigir una solución ante la crisis ambiental, hizo que su nombre fuera conocido en todo el mundo. Pero más allá de la popularidad que obtuvo, permitió demostrar que hay muchas personas preocupadas por lo que está pasando en nuestro planeta y que están dispuestas a hacer un verdadero cambio.
La necesidad de una nueva perspectiva ante las demandas que exige la crisis ambiental mundial comienza a manifestarse más claramente, actualmente, la agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas plantea diversos objetivos relacionados con el desarrollo sostenible, lo cual implica que, a nivel mundial, se transite hacia una nueva relación con la Naturaleza, donde se respete y se cuide. Además, el pasado 28 de julio de 2022 la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el derecho humano a un ambiente sano, limpio y sostenible, lo cual puede ser el desencadenante hacia nuevas políticas públicas que aboguen por este derecho.
El camino hacia una nueva relación con la Naturaleza todavía es largo, implica un cambio de paradigmas y la implementación de nuevas actividades que sean realmente respetuosas con el ambiente, aunque todavía millones de personas viven sin preocuparse ni interesarse al respecto, hay otra gran cantidad dispuesta a compartir sus ideas para transformar la realidad. Es momento de escuchar esas voces, para reflexionar sobre lo que proponen y lograr transitar hacia una nueva convivencia con el planeta.