Se ha generado mucha polémica alrededor de la entrevista que le hicieron a la nueva secretaria de educación sobre la implementación del nuevo modelo educativo; sin embargo, vale la pena destacar que se trata de un proyecto todavía en construcción.
Actualmente se conocen las bases que justifican este cambio, así como las características que tendrá; sin embargo, la malla curricular continúa siendo un misterio.
A diferencia del improvisado modelo educativo de 2017, que se impuso a finales de un sexenio de por sí controversial, esta nueva propuesta nos presenta una manera diferente para darlo a conocer a los docentes y llevar a cabo su implementación.
Después de dos ciclos escolares donde se nos citaba dos semanas antes de comenzar las clases, para capacitarnos sobre los cambios de los programas de estudio; en esta ocasión se optó por una implementación gradual, creando espacios pertinentes para no disponer del tiempo libre de los profesores, pues se especificó que, en cada reunión del consejo técnico escolar, se dedicaría un momento para conocer el nuevo modelo educativo.
Además de este detalle, se asignaron dos semanas a lo largo del año para centrarnos en esta capacitación, aunque eso signifique que regresemos el 2 de enero después de las vacaciones decembrinas.
Otro aspecto que resulta interesante es la propuesta de capacitar a los profesores antes de que deban trabajar con este nuevo modelo, lo cual permitirá conocer bien los contenidos del grado y las características del programa, antes de llevarlo a cabo con los estudiantes. Aunque las opiniones siguen divididas, entre las personas que consideran que continúa siendo un modelo improvisado por la falta de información que existe sobre los programas para cada grado, hay quienes valoran que se vaya dando a conocer este modelo de forma gradual, porque permite que cada docente pueda revisarlo y aprenda sobre la forma de implementarlo.
En teoría, considero que este nuevo modelo tiene diversas características positivas (la revalorización del papel del maestro, la relevancia que se da al contexto del estudiante, el interés en eliminar las desigualdades sociales, entre otras); sin embargo, lo más importante es saber cómo se vivirá dentro de las aulas, y la continuidad que se le dé al acabar el sexenio actual, pues la propuesta de la implementación gradual significa que, al menos en educación primaria, pasen varios años antes de que los seis grados que la conforman trabajen con este modelo educativo. ¿Logrará establecerse por completo o será como en el 2017, que se estancó en primero y segundo grados de la escuela primaria?