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Jueves, Noviembre 07, 2024

La cinta Una película de policías (Ruizpalacios, A, México, 2021) se podría resumir simplemente como la vida cotidiana de una pareja de policías -María Teresa y Montoya- en la Ciudad de México, y de todo lo que puede implicar su profesión: desde acciones positivas, tales como apoyar en un parto ante la ausencia de una ambulancia y servicio médico hasta las persecuciones de ladrones de tiendas y las balaceras inesperadas y mortales.

En un documental no es cosa simple o de fácil relato mostrar en su esencia, ni la ciudad, ni la seguridad pública o una pareja de policías, que además son conocidos como “la patrulla del amor” por su condición de vivir juntos. Tal vez por ser inasibles sus objetos como el amor, el sentido del deber o el peligro, es que el director recurre a una narrativa cinematográfica discontinua, experimentadora y de mezcla de géneros.

En las dos películas anteriores del director Alonso Ruizpalacios, se observan vestigios de esta forma de contar. En Güeros  (2014), la realidad aparece casi sin tiempo y la urbe se entrecruza con las obsesiones, formas de sobrevivir de los protagonistas en el contexto de la Huelga de la Universidad Nacional de 1999. En Museo (2018), un acontecimiento verídico y absurdo como robar el Museo Nacional de Antropología por un par de jóvenes, documenta el contexto clasemediero de los ochenta en la zona metropolitana de la Ciudad de México.

Una película de policías es una ficción, dado que la realidad es alterada para contarnos desde la óptica del propio personaje el estado de organización policíaca con la reinvención de personajes, recreados y memorizados por actores profesionales. Pero se convierte en documental en un corte de la filmación, por falta de luz, y es cuando vemos a los actores, Mónica del Carmen y Raúl Briones, prepararse para el papel, en una Academia de policía, siguiendo un guion escrito y con entrevistas grabadas, jugando luchitas en el departamento en el que viven.

Por tanto, Una película de policías es una docu-ficción, dado que la frontera entre estos dos géneros no es clara: entre retratar la realidad y tener elementos que apuestan más al entretenimiento, como lo hacen incontables series de televisión en el momento actual. De cualquier manera, después de ver esta película, uno queda con una sensación agridulce por un dato que se comparte hacia el final de película: el salario mensual  (en dólares) de un policía, que equivale a $48.41.

Aún así, lo que observamos en el transcurso del filme es que con ese dinero tiene que pagar sobornos para tener chalecos en buen estado, armas y balas, patrulla y hasta un espacio urbano específico; además de subsistir y sobrevivir. Por lo que la historia de vida de este par de personajes es una lección de resiliencia, que comienza mucho antes del servicio público, a nivel familiar, y se extiende a largas jornadas, en las que ni siquiera llevar a un delincuente al Ministerio Público garantiza un reconocimiento.

La cinta nos muestra a través de sus personajes, la corrupción, la precariedad, los abusos de poder, la inseguridad, así como otros aspectos que son una constante en la vida de los elementos policiacos, al igual que de cualquier ciudadano en este país. Porque estos males no sólo están dentro de la corporación policial sino también en las diferentes instituciones con las que se relacionan y, más aún, con todos los actores sociales.

Otros servidores públicos que aparecen en esta obra cinematográfica son el político, referido en una escena donde amedrenta a Teresa (Mónica del Carmen) para que no ejerza su labor, lo que la lleva a ser castigada y reducida en sus labores.  También se caracteriza a los ciudadanos con poco o nulo caso de su responsabilidad civil y, por supuesto, con un escaso respeto hacia la figura del policía; que sin duda, se han ganado, pero que no es posible generalizar.

Frente a las trágicas circunstancias que muestra la cinta, donde la situación de los policías y de los ciudadanos es muy compleja, nos lleva a cuestionar si vale la pena dar continuidad a este modelo social. ¿Nos conviene fijar nuestra mirada en un actor social en específico y descargar en él toda nuestra angustia, enojo y frustración, ante la incapacidad de poder lograr un cambio en el modelo social, caduco y rapaz?

Una película de policías nos lleva a comprender que los individuos en las sociedades democráticas representan una red compleja e interconectada de las instituciones sociales y del sistema de justicia, en su conjunto. De igual forma, es posible observar en el filme la manera en que, en una urbe semejante a la CDMX, no existen servicios esenciales como los de una ambulancia.

Esto nos hace recordar otro documental mexicano: Familia de medianoche (Lorentzen, L., 2019), donde se refiere que existen, en la ciudad de México, 45 ambulancias para atender las emergencias, lo cual demuestra la capacidad insuficiente para atender un parto de emergencia, como ocurre en la cinta de Ruizpalacios,  o cómo es imposible trasladar a urgencias a un policía herido de bala.

Una película de policías permite al espectador reflexionar y no concentrar su mirada y juicio solo en la figura del policía. Claro que tampoco lo exculpa de su participación en la corrupción ni en la serie de ineficiencias en la prestación del servicio. Sin embargo, amplía la mirada hacia una multirelación de su función en el entramado social, lo que hace que la cinta se vuelva un ejercicio sociológico y de complejidad al abrir el foco y develarnos toda la red de prácticas sociales, políticas, administrativas y de gestión, así como de prácticas socioculturales implícitas en un modelo social como el de la Ciudad de México.

 

 

 

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“pálido.deluz”, año 10, número 135, "Número 135. ¿Hacia la derecha?: Universidades, educación superior y capitalismo cognitivo. (Diciembre, 2021)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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