Norma Olivia Matus Hernández
Hablar del término felicidad en una revista educativa, probablemente pueda parecer descabellado. Generalmente, al escuchar este término, lo relacionamos de inmediato con nuestra vida personal y no podemos imaginar la importancia que reviste para la educación.
Lo correcto al iniciar un tema, es definir el concepto principal, en este caso necesitamos describir ¿Qué es la felicidad? Para ello quisiéramos introducirlos al término, con un cuento de Jorge Bucay llamado “El buscador” (1997). A grandes rasgos la historia trata de un hombre “para quien su vida es una búsqueda” (p. 27). Un día llega a un pueblo donde lo primero que encuentra es un gran y hermoso jardín, en el que ve una placa con un nombre grabado y una fecha. Se sorprende al comprobar que en todo el terreno hay placas similares y se percata que son lápidas. Su sorpresa pasa al horror, cuando observa los nombres y fechas grabadas:
+ ALI HASSAN 8 años 3 meses 12 días |
Siente una inmensa tristeza ya que piensa que es un cementerio de niños, pues ninguno sobrepasa los 11 años. Aún consternado, encuentra al anciano cuidador del cementerio y le pregunta cuál es la maldición que pesa sobre los pobladores pues mueren muy jóvenes. El anciano sonríe y le cuenta sobre una tradición arraigada entre la población. Al cumplir 15 años, a todos los jóvenes sus padres les regalan una libretita que deberán colgarse en el cuello para traerla siempre consigo. A partir de ahí, cuando tienen un momento gozoso, abren la libreta y lo anotan. a la izquierda, qué fue lo disfrutado y a la derecha, cuánto tiempo duró el gozo, por ejemplo: el primer beso, ¿cuánto tiempo duró la emoción? ¿30 segundos?, ¿dos horas?, ¿una semana? Cuando nació el primer hijo, ¿cuánto duró? Y así sucesivamente cada que tienen un momento de felicidad lo anotan en la libreta. Al morir el individuo, los familiares abren la libreta y suman el tiempo de lo disfrutado para escribirlo en su lápida, porque para ellos ese es “el único y verdadero tiempo VIVIDO” (p. 30). Este pequeño cuento nos muestra que la felicidad son sólo pequeños instantes vividos, instantes que nos hacen cambiar, crecer, pero sobre todo disfrutar.
El concepto de felicidad no es una moda, el término ha sido estudiado por muchos filósofos desde hace varios siglos. Para Aristóteles, la felicidad consistía en conseguir durante la vida todos los bienes de: salud, riqueza, conocimiento y amigos, que conducían a la perfección de la naturaleza humana y al enriquecimiento de la vida. Al escuchar este concepto de Aristóteles nos damos cuenta de la gran conexión que la felicidad tiene con la educación, dado a que ambas pretenden el bienestar y el desarrollo integral y armónico del individuo.
La Universidad de Harvard, en Estados Unidos, también ha elaborado trabajo académico al respecto. Se reconoce a Tal Ben Shahar como gurú de la Felicidad el imparte cursos y sus conferencias están disponibles en plataformas como You Tube. Asimismo, a nivel empresarial se han instaurado programas de formación profesional para el Bienestar (“wellbeing”) y se ha establecido el Global Wellness Institue (Instituto de Bienestar Global) para dar servicios y asesoría sobre el tema. Asimismo, existe un Instituto de Bienestar Integral que basa su trabajo en la Psicología Positiva: IBI Academy - Instituto de Bienestar Integral Cursos Psicología Positiva
Sin embargo, no pensemos en la felicidad solo como un “producto” comercial que se ofrece en el mercado y para el cual se ofrecen metodologías y consejos breves de aplicación inmediata.
Pensemos en la felicidad como un objetivo de vida y reconozcamos que tiene múltiples dimensiones: espiritual, laboral, familiar, experiencial, educativa, personal, social, anímica, ecológica, física, material, comunitaria. Es en ese sentido, en el que la Animación SocioCultural de la Lengua (ASCL) puede contribuir desde la escuela, desde la familia, desde la vida en comunidad.
La educación no solo proporciona conocimientos, su objetivo final es la autorrealización del educador y del educando. Para ello, pretende lograr que el momento de la interacción entre docente-alumno, sea una experiencia placentera y enriquecedora. Es más fácil aprender en un ambiente gozoso y vivir experiencias que se convertirán en un aprendizaje significativo. Es así como la ardua tarea docente se convierte en una constante búsqueda de estrategias y herramientas para lograrlo. Es en ese proceso donde quienes estudian encuentran sentido a las actividades académicas: la lectura nos remite a mensajes de amor y aceptación; la escritura a la búsqueda de la expresión y el acuerdo; las matemáticas y la geometría a la valoración de pesos, medidas, espacio, dimensiones, diseños; las ciencias naturales a la comprensión y estima de los inerte y de la vida en todas sus posibilidades. Toda persona que haya sido docente conoce ese momento en que sus estudiantes descubren el sentido de su tarea y conocimiento y se convierte en una luz que enciende sus ojos, un relámpago de lucidez que prende una sonrisa en su rostro. A una estudiante que encontró una respuesta (nueva para ella) se le preguntó: ¿Por qué sonríes al contestar? Ella dijo: no lo sé… porque me alegra… y dio unos pequeños saltos de alegría.
Hemos insistido a lo largo de varios artículos sobre la importancia de la Animación sociocultural de la lengua, ¿acaso sería pretencioso afirmar que ésta puede ser el recurso más buscado por los docentes? Consideramos que la respuesta a la siguiente interrogante nos puede permitir corroborarlo: ¿A quién no le traen recuerdos gozosos la representación de una obra de teatro, la declamación de un poema, la escritura de una carta o de una historia, haber participado en una entrevista, la lectura de un texto maravilloso, escuchar una canción de tu infancia, una plática con tus abuelos o con tus padres? Estamos convencidos que al leerlo seguramente una sonrisa se dibujó en tu rostro y un recuerdo llegó a ti. Esa es precisamente la finalidad de la ASCL, potenciar todas las manifestaciones de oralidad, escritura y lectura en el individuo, para lograr no solo un aprendizaje significativo y un desarrollo sociocultural, sino su felicidad. En palabras de Lostalé “La felicidad que proporciona la escritura está unida a la lectura, porque al escribir lo único que hacemos es leernos y leer el mundo desde el poso de lo leído… la lectura entraña la felicidad del descanso; la escritura la felicidad del combate con los signos que vamos haciendo en el papel” (En Peñas; 2019)
Es tanta la importancia de la felicidad para el ser humano, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), estableció el 20 de marzo como el Día Mundial de la felicidad. El antecedente de esta resolución se dio a raíz de que Bután, un minúsculo país en la mitad del Himalaya, tomó la decisión de medir su grado de bienestar no en base al Producto Interno Bruto (PIB), sino a través del índice de la felicidad. El primer factor de este índice lo encabeza la seguridad, porque es primordial para el ser humano el estar seguro para poder conseguir los otros factores, los cuáles son: la salud, la educación, el tiempo libre, la libertad, el amor y la cooperación. El reporte mundial puede ser consultado aquí: World Happiness Report 2021 | The World Happiness Report
Contribuyamos pues como docentes, poniendo al alcance de nuestros alumnos los recursos de la ASCL para provocarle y provocarnos experiencias gozosas. Por supuesto, la felicidad tiene condiciones éticas, e incluso, morales. La solidaridad es crucial para alcanzar la felicidad. Por ello, trabajar colaborativamente o actuar cooperativamente, ayuda mucho en la comprensión de un objetivo común: ser feliz junto con otras personas, con otras culturas.
Podemos educar para la alegría y para la felicidad Abandonemos ese modelo que tanto tiempo perduró: ese proyecto de escuela para la amargura, para la insatisfacción, para el temor, para el control. Docentes y estudiantes se reencuentran en las aulas ahora y eso nos proporciona la oportunidad de recuperar el tiempo en que estuvimos confinados. El aprendizaje en comunidad permite acelerar los procesos de maduración, de reflexión, de descubrimiento para toda persona. Tomemos ventaja de esa situación: la población estudiantil espera la ocasión de buscar nuevas respuestas a las viejas preocupaciones de la sociedad. Demos mayor impulso a las actividades socioculturales. Demos ánimo a nuestros grupos estudiantiles. Aprovechemos la oportunidad de dar animación sociocultural, a través del lenguaje, a nuestra comunidad académica.
Referencias
Bucay, J. (1997). Cuentos para pensar. Buenos Aires Argentina: Océano.
Peñas, E. (mayo-junio de 2019). La búsqueda de la felicidad. Ethic. España. Obtenido de www.ethic.es/2019/05/la-busqueda-de-la-felicidad/