Actualmente cuando alguien menciona de manera fortuita el nombre de Macondo. Inmediatamente abordamos la barcaza del recuerdo que nos lleva al pueblo mágico por excelencia… lugar donde todo puede ocurrir, donde lo real se difumina con la fantasía… La obra magna de Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura en 1967) es una novela que nos narra la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones. Se dice también que es el reflejo de los sucesos en Latinoamérica de aquellos años convulsos.
Para llegar a Macondo es necesario cruzar la sierra y la Ciénega que es bañada en aguas diáfanas con piedras gigantescas pulidas como huevos prehistóricos. Ahí encontraremos “las calles terrosas bien trazadas, las casas libremente pintadas del color que la gente quiera…”
En aquel poblado transformado en un escenario donde la historia, la política, y lo fantástico se van entrelazando. A medida que nos adentramos más y más, los habitantes experimentan eventos extraordinarios, desde lluvias interminables… hasta la visita de gitanos con maravillas misteriosas que mostrar.
La historia se basa en un personaje con suficiente curiosidad como para buscar un sitio donde empezar de nuevo, donde sus fantasmas no puedan alcanzarlo, ni atormentarlo. José Arcadio Buendía: Patriarca, fundador de Macondo. Don José era entrañable, positivo, incansable… él daba instrucciones para siembra y consejos para la crianza de los niños y animales, colaboraba con todos, aún en el trabajo físico.
Su casa fue desde un principio la mejor de la aldea, las otras fueron arregladas a su imagen y semejanza (ojalá todos fuéramos como José Arcadio Buendía). Con aquel espíritu emprendedor, con la paciencia de investigar, analizar y de saber cómo funciona el mundo; así como la idea de encontrar a dios. (fallando en este último proyecto).
Tenemos también a Úrsula Iguarán que además de ser prima de Don Arcadio, es también su prima…en ella recae todo el peso de un pueblo, cuando todo parece desmoronarse ante sus ojos.
Ella es emprendedora y trabajadora, empuja hacia adelante a toda la familia Buendía. Posee un comportamiento fuerte, pero sufre constantemente al ser la voz de la razón ante una familia de locos… en sus últimos años durante el diluvio, poco a poco sucumbe ante la demencia senil y pierde completamente la vista; sin embargo, siempre se mantiene su espíritu que la caracteriza. Vive casi 120 años. Durante su entierro, un calor sofocante invade Macondo.
Otro eje fundamental en la historia de Macondo es ni más ni menos el coronel Aureliano Buendía. Es el segundo hijo de Don José Arcadio y Úrsula. Tiene la mentalidad y naturaleza filosófica de su padre, puede pronosticar acontecimientos, o el de mover objetos con la mente, posee una extraña manera de se solitario y retraído, aunque de carácter implacable. Es el Emiliano Zapata de Macondo, con fuertes ideales de libertad y justicia, no sólo para Macondo sino para todo Colombia. Durante gran parte de su vida se dedica a luchar contra el gobierno, libra 32 guerras civiles ninguna es capaz de ganar. Padre de 17 hijos – de 17 madres distintas – Buendía sobrevive a las más terribles situaciones, escapa de la muerte tanto por voluntad de otros, es famoso el momento de su fusilamiento, como suya propia ya que hasta intenta suicidarse…
Cien años de soledad nos enseña entre tantas ideas como:
-
Las decisiones destructivas, como la venganza o la guerra, pueden generar una profunda soledad.
-
Las palabras pueden transformar la realidad, ya que quien la posee la narrativa puede definirla.
-
El respeto a la vida y a la propia familia es una verdad intocable.
-
La novela muestra la posición política del autor y un mensaje para la paz y la justicia.
“… tengo los zapatos llenos de tierra y nostalgia de Macondo, es hora de marcharme, ya no me siguen las mariposas amarillas… espero volver en algún pensamiento…” H.Q.M.