En una colaboración dentro del libro Cine y Educación, la vida es mejor que la escuela (Meixueiro y Ramírez: 1998), Armando Meixueiro y yo propusimos una clasificación de imágenes del docente en películas del siglo XX, que está compuesta por cuatro tipos de educadores: apóstol, castrante, crítico y desencantado. Las dos primeras categorías están ilustradas de manera maniquea en la cinta Matilda (De Vito: 1996) con la maestra Jennifer Miel (bondadosa y dulce como su apellido) y la directora Tronchatoro, (disciplinaria y violenta). El docente desencantado aparece retratado, por ejemplo, en las películas Dulce Emma (Szabó:1992) y Mentes peligrosas (Smith:1995) en las cuales, debido a un ambiente escolar opresivo y a factores sociales adversos, las maestras acaban por renunciar a la enseñanza y perder la confianza en la institución escolar.
En esta ocasión deseo repasar especialmente la categoría del docente crítico, quien reflexiona sobre su quehacer como educador y el papel atribuido a los estudiantes, juzga el currículum formal, desvela el currículum oculto de su centro escolar, cuestiona los programas educativos y llega a confrontar a las autoridades institucionales.
Un ejemplo emblemático del docente crítico aparece en la ya clásica cinta La sociedad de los poetas muertos (Peter Weir: 1989), en que el profesor John Keating inspira a sus alumnos en el amor por la poesía, desafiando el rígido sistema escolar de una prestigiosa academia, mediante estrategias didácticas poco convencionales y especialmente, estableciendo un vínculo más personal con sus jóvenes discípulos. El profesor Keating, interpretado por Robin Williams, no sólo se empeña en trasmitir contenidos académicos a sus estudiantes, sino en llevarlos a que aprecien la poesía y la literatura por el valor que pueden aportarles a su vida. Un suceso trágico lo lleva a dejar su puesto en la escuela, pero su huella queda en quienes asistieron a sus clases e incluso en algunos de sus colegas.
Robin Williams encarnaría más tarde un personaje similar en Mente Indomable (Gus Van Sant: 1998), como un psicólogo que ayuda a un joven prodigio de las matemáticas llamado Will Hunting, a encontrar el rumbo que le permitirá sacar provecho de sus habilidades cognitivas y a realizarse satisfactoriamente como persona. Para ello, deberá hacer contrapunto a un profesor del MIT bien intencionado, pero que presiona demasiado al joven desde una perspectiva meramente académica.
En el libro Mentes peligrosas, sujetos, miradas y contenidos de educación en películas del siglo XXI (Meixueiro y Ramírez: 2012), intentamos hacer una revaloración y redefinición de la representación de los docentes en el cine de la primera década de este milenio marcado por la incertidumbre que provocan los vertiginosos cambios tecnológicos, el recrudecimiento de la desigualdad social, el daño ambiental, la exacerbación de conflictos ideológicos, políticos y bélicos, así como nuevas expresiones contraculturales y de activismo social.
Hemos observado una tendencia en el cine actual a presentar a los docentes enfrentando dilemas éticos en situaciones como el acoso escolar, la discriminación, la deshonestidad académica, condiciones de vulnerabilidad (discapacidad física o cognitiva, familias disfuncionales, riesgo de adicciones, abuso sexual, etc.) Aquí hemos comentado algunas películas de ese tipo como Radical (Zalla:2023), Sala de Profesores (Çatak:2023) y No hagas olas (Luissi-Modeste: 2024)
A propósito de docentes críticos, quisiera recordar dos cintas del cine latinoamericano: Conducta (Ernesto Daranas: 2014) y Ciencias Naturales (Matías Luchesi: 2014) que presentan maestras que se cuestionan cómo pueden contribuir a la felicidad de sus estudiantes, aunque eso signifique contravenir el orden establecido por un sistema escolar rígido, orientado a la eficiencia y el control.
Conducta es una película cubana que nos muestra a Carmela (personificada de manera excelente por la actriz Alina Rodríguez), una profesora veterana que es obligada a jubilarse porque desafía a la institución donde trabaja, en aras del bienestar de sus alumnos, aunque eso implique desobedecer algunas reglas. En primer lugar, se opone a que Chala, un chico que proviene de una familia disfuncional, sea enviado a una “escuela de conducta”, en la que se supone que corregirán sus problemas de comportamiento, porque sabe que eso únicamente contribuirá a marginarlo más y a agudizar su rebeldía y su agresividad. Asimismo, cobija en su aula a una niña muy estudiosa llamada Yeni, aunque no le corresponde asistir a ese plantel porque su padre, un inmigrante, tiene su residencia oficial en otra zona del país. Carmela entiende que la niña merece una educación de mayor calidad que la que podría recibir en otro lugar y se la brinda a pesar de que eso trasgrede las normas institucionales.
La dedicación de Carmela excede los límites de la escuela: ella conoce bien a las familias de sus alumnos y procura ayudarlos a superar las dificultades sociales, económicas y emocionales que enfrentan cotidianamente; trata de comprenderlos en sus inquietudes, problemas y deseos, con lo cual consigue motivarlos para esforzarse en el estudio o simplemente para que no deserten de las clases. Pero el sistema educativo cubano es demasiado doctrinario y rígido para atender debidamente a las necesidades particulares de los estudiantes y Carmela se vuelve un agente incómodo, disruptivo, a quien prefieren excluir, así que un problema de salud de la maestra será un buen pretexto para obligarla a jubilarse, aunque ella no quiere dejar a sus alumnos. Afortunadamente, encontrará una seguidora de sus enseñanzas en María, una profesora joven, enérgica e inteligente, que entenderá que la responsabilidad de la docencia puede llegar al sacrificio personal, si eso implica el bien de los estudiantes. La declaración de principios de la maestra Carmela en la sesión donde es despedida de la escuela, es conmovedora e ilustrativa de lo que representa llevar la docencia en el corazón.
Ciencias Naturales es una película argentina que muestra a una niña de 12 años, Lila, empeñada en conocer a su padre, de quien su madre no quiere revelarle ninguna información. Para iniciar la búsqueda, intentará fugarse de la escuela rural, situada en un territorio muy agreste, a la que asiste como interna durante la semana. Jimena, la maestra de Ciencias Naturales a que alude el título, acabará convirtiéndose en su cómplice en esa aventura, con el riesgo inmanente de perder su empleo en la escuela. Jimena (interpretada por Paola Barrientos) lleva su responsabilidad docente más allá del aula porque tiene la sensibilidad para comprender que Lila es una adolescente que necesita construir su identidad. Intenta, sin éxito, convencer a la madre para que permita el encuentro de la chica con su padre. Luego trata de prevenir a la directora sobre el riesgo de suspender a Lila por sus intentos de escape, dado que ella está determinada a viajar cientos de kilómetros a pesar del extremoso frío invernal, para encontrar a su padre. Ante la actitud refractaria de la madre y la directora, la maestra decidirá acompañar a la estudiante en el trayecto difícil e incierto que le espera.
Como estas heroínas ficticias, existen muchos maestros y maestras reales en México, en las zonas de mayor pobreza en las ciudades y especialmente en las escuelas rurales. Se trata de docentes que, a pesar de los bajos salarios y las difíciles condiciones de su trabajo, permanecen en las aulas, intentando enseñar y, sobre todo, apoyando a los alumnos para resolver las limitaciones que se oponen a su educación todos los días: deficiencias alimentarias, hogares rotos o con padres ausentes por sus largas jornadas laborales, falta de transporte o vías de acceso inseguras para llegar a la escuela, carencia de útiles escolares, etc.
Los noticiarios y la opinión pública con frecuencia arremeten contra los docentes que se manifiestan sobre esa problemática, como si fueran los principales responsables de la baja calidad de la instrucción en el país, mientras evaden la consideración del modelo educativo en su conjunto, la infraestructura material y administrativa de las escuelas, la burocracia de los procesos institucionales, la problemática histórica, sociocultural y económica en el cual tiene lugar el complejo fenómeno de la educación formal, no formal e informal. En México hay muchos docentes como Carmela y Jimena, algunos politizados y aguerridos en la marchas, pero también hay muchos diligentes y dedicados que permanecen en las aulas esforzándose no sólo por enseñar asignaturas académicas sino también a vivir con dignidad a muchos niños y jóvenes marginados del progreso que debería brindarles un Estado moderno. Creo firmemente que debemos respetar y apoyar a los docentes que se empeñan en seguir enseñando, a pesar de un sistema que con frecuencia los subestima y los explota, que no les proporciona los recursos y los apoyos institucionales que requieren para desempeña su labor con eficiencia.
Referencias:
Meixueiro, A. y Ramírez, R. (Coord.) (1998) Cine y Educación. La vida es mejor que la escuela. México: Ediciones Taller Abierto.
____________________ (Coord.) (2012) Mentes peligrosas, sujetos, miradas y contenidos de educación en películas del siglo XXI. México: Caminos Abiertos-UPN 095 Azcapotzalco.
Fichas técnicas de las películas en http://www.imdb.com/