Búsqueda

Lunes, Agosto 11, 2025

I

El profesor César Labastida asistió a un Congreso de Educación Ambiental en Guadalajara, por invitación de sus amigos docentes que dirigen la Revista Pálido punto de luz.

A pesar de que el evento académico representa una especie de Oasis en medio de las turbulencias escolares, las actividades cotidianas y las situaciones internacionales y nacionales, César Labastida observó que ni en el Congreso había podido sorber traguitos de esperanza o de inspiración.

El maestro Labastida reservaba muchas expectativas en la reunión de educadores ambientales porque el emblema del 4º Congreso suscribía: “Ética, ecología política y descolonización”. Así, en el desarrollo de las conferencias magistrales, los simposios y las mesas de exposición descubrió que, efectivamente, se abordaban los tres tópicos anunciados; sin embargo, le parecía que no se habían realizado con profundidad. Al parecer, imaginaba César, la sombra malévola del neoliberalismo académico, que sobrevalora el individualismo y la mercantilización del conocimiento, sigue extendiéndose entre profesionistas, educadores y docentes, que miran con pragmatismo su actividad laboral.

A pesar de esas inclemencias, el profesor Labastida cosechó aprendizajes e información que lo llevaron a reflexiones en las que se replanteó las características de la educación y de un educador ambiental.

Durante el Congreso, el profesor Labastida confirmó que las conferencias magistrales mantienen un formato rígido y acartonado. Por cuestiones de tiempo, se le solicita al expositor que sintetice la información (de la cual es experto), en algún conjunto de diapositivas o presentaciones más o menos esquemáticas y puntuales, y ocupando, aproximadamente, tres cuartas partes de una hora en su disertación, para pasar a un periodo reducido de preguntas, en diez o quince minutos. Luego de esto, deben continuar los eventos ya programados del Congreso, con estricta precisión.

Tales regulaciones cronométricas, piensa César Labastida, en lugar de ayudar a la reflexión y al diálogo, lo dificultan. Y más cuando se abordan temas polémicos o provocativos como los de ética, ecología política o decolonialidad. Pese a ello, el maestro Labastida logró recoger datos y aprendizajes que fue anotando en su libreta personal.

De la conferencia de un destacado gallego, Labastida resignificó el concepto de educación desde una perspectiva humanista y recordó, por una referencia elocuente, al escritor Manuel Rivas, autor del famoso cuento “La lengua de las mariposas”, que sería llevado al cine por José Luis Cuerda en 1999. El relato aborda la historia entrañable de Don Gregorio, un profesor republicano y su alumno Moncho, en un pueblo de Galicia, España, a inicios de la guerra civil.

César Labastida también escuchó en voz del conferencista español el término “primavera social”, que lo transportó a la década de los sesenta y setenta, cuando el compromiso social de muchos maestros y protestas estudiantiles irrumpieron significativamente en casi todo el planeta. Evocó, entonces, a docentes “rebeldes” como Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, Iván Illich, José Revueltas, Paulo Freire…

De la última conferencia, impartida por un alegre y empático brasileño, que discurrió sobre la urdimbre conceptual que se entreteje entre la educación ambiental y la ecología política, el profesor Labastida revaloró los saberes ancestrales y populares; comprendió mejor ese horizonte que denominan “educación popular” entre los latinoamericanos y se llevó como tarea conocer más sobre Michele Sato y el libro Los condenados de la pandemia.

Durante la disquisición, el conferencista aclaró la temporalidad en la que ubicaba la educación popular y sin rubor, refirió a Paulo Freire, destacando su propuesta política y educativa de concientización. César Labastida asoció la exposición con la disertación del gallego, días atrás, emulando la imagen de los docentes “rebeldes”, pero ampliándola a intelectuales subversivos de esas dos décadas del siglo pasado. Y aparecieron en su mente: el Che Guevara, Camilo Torres, Sergio Méndez Arceo, Eduardo Galeano, Orlando Fals Borda, Pablo González Casanova, Enrique Dussel…


II

Regresando del Congreso, César Labastida Esqueda tenía pendiente ordenar su biblioteca. Para él, esta acción se vuelve un acontecimiento que nunca concluye, dada la cantidad que ha ido acumulando a lo largo de su vida. Sabe que hay varios métodos de organización, pero prefiere juntar por ejemplo los de literatura en tres rubros: internacional, iberoamericana y mexicana. Hace lo mismo con los libros de cine o deportes.

El gran problema es que va redescubriendo libros y se queda releyendo. Entre El futbol: A Sol y a sombra y Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano se encuentra Ser como ellos, que lo tenía olvidado. Lo abre y ve subrayado con marcador amarillo, la siguiente frase:

Los sueños y las pesadillas están hecho de los mismos materiales, pero esta pesadilla dice ser nuestro único sueño permitido: un modelo de desarrollo que desprecia la vida y adora las cosas.

César separa el libro del anaquel y lo guarda en su portafolio, junto a un dulce viejo y un par de piedras que le sirven para ahuyentar perros. Ahora revisa otro librero, donde se ubican sociólogos: Althusser, Bartra, Bourdieu, Careaga, Marx… Al acomodarlos se cae el texto Campesinos de los Andes y otros escritos antológicos de Orlando Fals Borda. Lo comienza a hojear y confirma dos grandezas de este sociólogo colombiano: la primera es epistemológica; en la tradicional forma de construcción del conocimiento con un sujeto y un objeto, Orlando se opondrá a que los campesinos o pescadores sean objetos de conocimiento, son personas que tienen pensamientos, emociones, afectos y sentimientos. El segundo gran aporte es metodológico: la investigación-acción participativa es un legado para entender que el propósito de acercarse a la realidad social, no es obtener datos, sino colaborar a transformarla.

Al llegar a otro estante, César Labastida Esqueda encuentra un pequeño número de volúmenes sobre religión: el libro de oración de su bisabuela, la biblia de su padre, algunos himnarios y dos encíclicas, Laudato si (Alabado seas) y Fratelli tutti (Hermanos todos), ambas del recién fallecido Papa Francisco.

El profesor Labastida toma la encíclica Fratelli tutti, lo abre y lee en voz alta un párrafo subrayado previamente:

la historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos. En varios países una idea de la unidad del pueblo y de la nación, penetrada por diversas ideologías, crea nuevas formas de egoísmo y de pérdida del sentido social enmascaradas bajo una supuesta defensa de los intereses nacionales. Lo que nos recuerda que «cada generación ha de hacer suyas las luchas y los logros de las generaciones pasadas y llevarlas a metas más altas aún. Es el camino. El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día. No es posible conformarse con lo que ya se ha conseguido en el pasado e instalarse, y disfrutarlo como si esa situación nos llevara a desconocer que todavía muchos hermanos nuestros sufren situaciones de injusticia que nos reclaman a todos.”

Francisco advierte contra los retrocesos histórico- sociales y el conformismo, que César vislumbra, desafortunadamente, en las universidades donde trabaja.

El profesor César se detiene en su labor de reorganización de la biblioteca y piensa en las tres joyas que encontró entre sus libros. Recuerda lo reflexionado en el Congreso de Guadalajara. Destaca las ideas sobre docentes “rebeldes” e intelectuales subversivos. Le parece que no es casualidad haber re-encontrado y releído esos tres textos. Considera que los tres autores fueron grandes maestros de la acción y la reflexión. Que fueron consecuentes y que no se dejaron someter por el poder, las instituciones, los detractores, ni por el prestigio o el dinero… Del mismo modo que muchos de los intelectuales convocados en su pensamiento por las conferencias recientemente escuchadas.

“¡Cuánta falta nos hace redescubrir educadores indisciplinados!” Declara el profesor César Labastida en excepcional iluminación sentipensante.

Sacapuntas

Eduardo Galeano
Francisco
Daniel Pennac Mal de escuela

El timbre de las 8

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Mentes Peligrosas

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández

Mirador del Norte

“pálido.deluz”, año 14, número 178, "Número 178. Educadores indisciplinados. (Julio, 2025)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
Cuadro de Honor

Cuadro de Honor

Sala de Maestros

Sala de Maestros

Videoteca

Videoteca

Biblioteca

Biblioteca

Sitio creado por graficamental.com