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Miércoles, Diciembre 25, 2024

Es seriamente divertido. Uso este oxímoron para referirme al libro Allegro ma non troppo de Carlo. M. Cipolla, catedrático de historia económica en las universidades de Pavía, Italia y Berkeley, California. Es un texto inteligentemente escrito divido en dos partes: “El papel de las especias (y de la pimienta en particular) en el desarrollo económico de la edad  media” y “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”.

Pero antes de atacar los citados temas, el autor nos aclara la diferencia entre humorismo, un “don más bien escaso entre los seres humanos,” y la  ironía. Ejemplifica que cuando uno es irónico de ríe de los demás y que cuando se hace humorismo se ríe con los demás. “La ironía genera tensiones y conflictos, aclara, mientras que el humorismo es el mejor remedio para disipar tensiones, resolver situaciones que podrían resultar penosas y facilitar el trato y las relaciones humanas”. Insiste en que a partir de estas consideraciones nacieron los dos ensayos abordados en este volumen.

Existen varias teorías acerca de la caída del imperio romano. Pero el autor señala que un sociólogo norteamericano ha replanteado que la decadencia de dicho imperio fue debida al envenamiento por plomo, ya que en particular los aristócratas ingerían cantidades de ese metal superiores al límite tolerado. Esto provocaba estreñimiento doloroso, pérdida del apetito, parálisis de las extremidades y, finalmente, la muerte, además de causar esterilidad en los hombres y abortos en las mujeres. A lo largo de las generaciones, esta “aristotanasia” provocó la desaparición de las figuras más autorizadas del pensamiento y la cultura.

El también autor de La odisea de la plata española señala que “después de la caída del imperio romano, los europeos afortunadamente habían perdido la mala costumbre de esterilizarse con el plomo, pero el comercio con oriente había perdido fuerza, y por lo tanto la pimienta oriental se convirtió en un bien cada vez más raro y costoso. Y la pimienta, como se sabe, es un potente afrodisiaco.  Y aquí es cuando entran en escena el obispo de Bremen y Pedro el Ermitaño, que “actuaron como catalizadores a incitaron a los europeos a ejercer su violencia contra los no europeos, en lugar de hacerlo contra ellos mismos,” como acostumbraban.

Pero fue Pedro quien elaboró el plan de promover una cruzada para liberar la Tierra Santa de la opresión musulmana. Esto permitiría, entre otras cosas, reabastecer a Europa de pimienta de un modo regular.

El autor señala, con sorna, que esta guerra santa provocó la prosperidad de los herreros y que la metalurgia tuvo une fuerte expansión debido a que los cruzados, antes de partir para acabar con los infieles, dejaban a sus mujeres con el incómodo cinturón de castidad. Aunque después de conocer los placeres y las riquezas de oriente, muchos guerreros olvidaron a sus mujeres y no volvieron, ni siquiera para devolverles las llaves para que se despojaran del citado cinturón.

Con respecto a la segunda parte del libro, “Las leyes fundamentales de la estupidez humana, Cipolla precisa que en todas las especies del reino animal, del cual formamos parte, tienen que soportar sus “dosis cotidianas de tribulaciones, temores, frustraciones, penas y adversidades; pero que los seres humanos, además, debemos cargar con otro grupo de personas, mucho más poderoso que la mafia, por ejemplo”. Este grupo representa una de las poderosas y oscuras fuerzas que impiden el crecimiento del bienestar humano. A través de un modelo matemático parecido a los de la sociología, Cipolla, enuncia las leyes fundamentales de la estupidez humana, que demuestran el abundante número de estúpidos que nos rodean y su inmenso poder: Primera ley: Siempre, e inevitablemente, cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.

Segunda ley: La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.

Tercera ley: Una persona estúpida causa un daño a otra persona, o grupo de personas, sin obtener, al mismo tiempo, un proyecto para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.

Cuarta ley: Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.

Quinta ley: La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.

Una vez enumeradas las cinco leyes, el autor enfatiza que algunos estúpidos causan normalmente solo perjuicios limitados, “pero que hay otros que llegan a ocasionar daños terribles, no ya a uno o dos individuos, sino a comunidades o sociedades enteras”. Asimismo precisa que un factor determinante del potencial de una persona estúpida es el poder o la autoridad que ocupa en la sociedad. De tal manera que “entre los burócratas, políticos, generales y jefes de Estado se encuentra el más exquisito porcentaje de individuos fundamentalmente estúpidos, cuya capacidad de hacer daño al prójimo ha sido (o es) peligrosamente potenciado por la posición de poder que han ocupado (u ocupan).

Abro un paréntesis para señalar que la estupidez provoca resultados sociales y políticos nocivos. Así lo señala Arthur Koestler en su libro Los gladiadores, de la siguiente manera: (los pueblos son muy estúpidos), “actúan en contra de sus propios intereses, alaban a sus opresores y persiguen a sus salvadores con odio y afiladas lanzas. Sin embargo, por extraño que parezca, su estupidez es sincera. Ansían la humillación y desprecian, de forma honesta y digna, todo lo nuevo, lo extraño, lo elevado”.

En resumen, a partir de la lectura del libro Allegro ma non troppo, se concluye la existencia de cuatro tipos de personas: los inteligentes, que benefician a los demás y a sí mismos; los incautos, que benefician a los demás y se perjudican a sí mismos; los malvados, que perjudican a los demás y se benefician a sí mismos, y los estúpidos, que perjudican a los demás y a sí mismos.

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“pálido.deluz”, año 10, número 150, "Número 150. Una mirada a Puerto Peñasco: Desarrollo y educación ambiental. (Marzo, 2023)", es una publicación mensual digital editada por Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández,calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, Ciudad de México, C.P. 11420, Tel. (55) 5341-1097, https://palido.deluz.com.mx/ Editor responsable Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández. ISSN 2594-0597. Responsables de la última actualización de éste número Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, calle Nextitla 32, Col. Popotla, Delegación Miguel Hidalgo, CDMX, C.P. 11420, fecha de la última modificación agosto 2020
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