“Veinticuatro ojos”, del realizador Keisuke Kinoshita, es el título de una pequeña joya cinematográfica, de 1954, exhibida durante el Japanese Festival on Line 2024, realizado del 5 al 19 de junio. El film se hizo acreedor a un Globo de Oro, y dentro de la filmografía de su autor y del propio cine japonés es una obra tan relevante que, en 1999, los críticos janoneses la incluyeron entre las diez mejores películas de ese país de todos lo tiempos. En 1955 se presentó en Europa durante el festival de Venecia. El film está basado en la novela más célebre de Saka Tsuboi, una conmovedora historia antibélica escrita en 1952.

La película narra la relación de casi 20 años entre una maestra y sus alumnos La historia se desarrolla en Shodoshima, la isla más grande del mar interior de Japón, un pueblo rural de habitantes muy pobres y con escasa educación.

El film empieza con la llegada de la maestra Hisoki que impartirá clases a 12 alumnos de primero a cuarto año de la educación básica. Inmediatamente despierta la curiosidad y el rechazo debido a que viste a la manera occidental y se transporta en bicicleta, además de que adopta un sistema educativo poco otodoxo que despierta las sospechas de los padres de familia. Inclusive se le impide usar un texto prohibido por las autoridades gubernamentales, ya que aborda temas como la lucha de clases. No obstante, la maestra despertará el cariño de sus doce alumnos y el respeto de los padres de familia. Pocó después un accidente la obligará a renunciar a esa escuela.

Destaca el hecho de que a pesar de que en ese periodo surgieron los deseos expansionistas de Japón, en la isla de Shodoshima todo permanece igual.

El film se desarrolla en un contexto caracterizado por el hecho de que en el Japón de la primera mitad del siglo XX hay tres sucesos que marcaron su destino: el ascenso de los militares al poder en 1932; la invasión japonesa a China en 1937 y su alianza con los países del eje (Alemania e Italia) en la Segunda Guerra Mundial. En ese hecho, Japón estableció un gobierno títere en Manchuria.

De regreso a la película, cinco años después la maestra regresa a la isla para dar clases a los alumnos de quinto y sexto grados. Cambiaron los tiempos. La situación se tornan difícil. Los chicos ya son casi adolescentes. Uno de los momentos clave de esta segunda parte es cuando la policía se lleva detenido a un profesor que había sido denunciado por rojo, pues hablaba a los estudiantes del pacifismo. El director de la escuela amenaza a la maestra y le prohíbe usar textos que se refieran a la lucha de clases y a los obreros. La maestra Hisoki sufre amenazas de ser acusada de comunista.

Durante una de sus lecciones, pide a sus alumnos que escriban sobre el futuro. Todos lo hacen, excepto una jovencita, que llorando la explica que no puede escribir sobre ese tema, ya que no tiene futuro pues pronto ella y su padre se quedarán sin casa debido a que deben pagar sus deudas.

Poco después, debido a las presiones y a la escasa libertad educativa, la maestra renuncia a continuar dando clases. Sin embargo la relación afectuosa continúa con sus alumnos. Esto queda demostrado cuando visita a una de sus exalumnas, quien ha sido abandonada por sus familiares porque tiene tuberculosis y solo espera la muerte.

Cuando la paz vuelve al país, Hisoki regresa a la escuela. Ahora enseñará a los hijos de sus antiguos alumnos. En homenaje a su antigua profesora, los supervivientes de aquella clase organizan una fiesta, un hecho que refleja la devoción típicamente nipona hacia los profesores. Durante la fiesta contemplan la fotografía que se hicieron juntos 17 años atrás y le preguntan a uno de los presentes, que se ha quedado ciego por culpa de la guerra, si la recuerda. Éste responde que la puede ver perfectamente y empieza a describirla con detalle. Después de tanto tiempo y tantas desgracias, permanece imborrable en su mente el rostro de cada uno de sus condiscípulos, rostros de unos niños aún inconscientes del futuro que les esperaba.

La película retratra el futuro incierto de sus exalumnos. Ellas tienen que emplearse como sirvientas y ellos alistarse en el ejército, todo con el propósito de salir de la pobreza en la que han vivido. Es una película conmovedora, sin caer en lo cursi y retrata la situación de un pueblo, cuyos habitantes, por más que lo intenten a través de la educación, no pueden salir de su situación de pobreza.